Riobamba (Ecuador) – Unos 400 ancianos sobreviven en Ecuador por la ayuda de vecinos y la solidaridad de autoridades locales en la provincia andina de Chimborazo, tras haber quedado abandonados a su suerte después de que sus familiares emigraron al exterior.
El fenómeno de la migración, tan común en la zona, ha mutado, pues antes se iba un familiar -generalmente el padre de familia- y enviaba remesas, pero ahora migra toda la familia en busca de mejores condiciones de vida en el extranjero.
El prefecto de Chimborazo, Hermel Tayupanda Cuvi, dijo a EFE que mucha gente, especialmente de los municipios de Alausí, Chunchi, Guamote, Colta y Riobamba “están migrando a Norteamérica, están saliendo con sus respectivos hijos o esposo, esposa”.
“Ya no hay votantes”, dijo al recordar que aunque el padrón de Colta registra 45.000 sufragantes, solo acuden unos 30.000: “los 15.000 (restantes) no han fallecido, sino que ya no están”.
Aunque las remesas ya no llegan como antes, según el Banco Central de Ecuador (BCE), en el segundo trimestre de 2023 Chimborazo recibió 51,88 millones de dólares por ese concepto, lo que significó un aumento de 16,28 % con respecto al primer trimestre de 2023 y un incremento del 42,79 % en relación al mismo periodo de 2022.
Con un 62,75 %, Riobamba, la capital provincial, concentró la llegada de remesas, y el resto se distribuyó en Alausí, Chunchi, Guamote, Pallatanga, Cumandá y otras ciudades.
Solidaridad
Tayupanda recalcó que al no fluir el dinero de las remesas como antes, “sobre todo quedan los mayorcitos, los papás ya muy viejitos”
“Y nosotros acá tenemos que hacer una pequeña recaudación. También pequeños proyectos para ir a dejar alimentos, visitas domiciliarias y llamadas telefónicas a los hijos para que envíen dinero, porque los viejitos se están quedando botados, sin cuidado de los hijos”, alertó.
El prefecto calculó que familiares de entre 2.000 y 3.000 ancianos transfieren dinero a taxistas para que compren víveres y los entreguen en sus casas.
Además, estos ancianos cuidan entre semana sus borregos y cuyes (conejillos de indias) y los venden los fines de semana en la feria o envían un emisario para que lo haga.
“Pero hay unos pocos que están totalmente abandonados, que los hijos no vuelven, tal vez serán unas 300 o 400 personas”, cifró Tayupanda, al anotar que a ellos les ayuda gente de la comunidad.
Además, la Prefectura busca la manera de apoyarlos. “Hemos ido a dejar cualquier cosita de compra de comida con fondos propios. Lo que ganamos los directores y coordinadores aportamos de alguna manera un sueldito del año, de nuestro bolsillo, y hacemos un fondo común para ir a dejar esos alimentos a los mayores”, contó el prefecto.
Patronato y ministerios
A través del Patronato, los ancianos reciben atención médica en las comunidades, dijo en el marco de una visita de diplomáticos de países europeos, liderados por el embajador de la Unión Europea (UE), Charles-Michel Geurts, a Chimborazo para analizar, en la zona, posibilidades de ayuda en distintas áreas.
“Como son 1.800 comunidades de la provincia de Chimborazo, es imposible dar un alcance total”, reconoció Tayupanda al señalar que por ello también cuentan con el apoyo del Ministerio de Salud y el de Inclusión Económica y Social (MIES).
La mayor parte de los ancianos completamente abandonados están en Colta, Guamote, Alausí, Chunchi, y “ya empezaron a aumentar acá en Riobamba, Guano… ya casi los jóvenes ya no están buscando el campo, más están buscando la ciudad”, agregó.
Precisamente el alcalde de Alausí, Remigio Roldán, dijo a EFE que de su municipio se “han ido familias completas” a Estados Unidos y España “porque los gobiernos no han dado eco a solucionar problemas”.
“Los hijos han emigrado a Estados Unidos, generalmente, y los padres, los adultos mayores, se han quedado solos en la casa”, anotó al comentar que con el MIES tiene un centro gerontológico, y también visitan domicilios y desarrollan proyectos sociales para los ancianos.
“Muchos se han olvidado de sus padres, de los adultos mayores”, se lamentó al anotar que solo en su municipio hay unos 200 ancianos “absolutamente solos” y los vecinos les ayudan en la medida de sus posibilidades y hacen colectas para dar vestido y alimentación.