París – El velocista estadounidense Noah Lyles llega a los Juegos Olímpicos de París con la firme intención de seguir siendo el hombre más rápido del mundo y emular al jamaicano Usain Bolt con la triple corona de oros en los 100, 200 y el relevo 4×100.

Lyles, de 27 años, es el hombre más rápido del mundo. En los últimos Mundiales de atletismo al aire libre en Budapest en 2023 ganó el oro en los 100, los 200 y con el relevo 4×100, y en estos Juegos Olímpicos de París su objetivo es repetir el triplete.

Eso como mínimo, porque ha pedido también formar parte del relevo 4×400 aunque la federación estadounidense le ha comunicado que no estará en él. Al ser el relevo que cierre la competición, si los resultados anteriores son positivos, podrían reconsiderar la decisión, al menos para las series.

En caso de participar, y ya en ese hipotético caso del oro si los otros tres también los consigue, podría igualar con cuatros oros en unos mismos Juegos a Jesse Owens (Berlín 1936) y Carl Lewis (Los Ángeles 1984).

Con tres oros olímpicos, algo que sí ve factible y a lo que aspira, según ha comentado en varias ocasiones, a quién igualaría es a Usain Bolt, el rey de la velocidad mundial en las tres citas de Pekín 2008, Londres 2012 y Río de Janeiro 2016.

El velocista estadounidense es una de las estrellas de la Villa Olímpica, en la que no se mantiene al margen y hace vida dentro de ella como uno más. Charla con rivales, se hace fotos con quien se lo pide y disfruta de la convivencia con sus compañeros.

“La línea entre la confianza y la arrogancia es muy difusa. Todo es una opinión. Por eso siempre digo que si has visto mi vida y has visto lo que he tenido que pasar, que me han dicho literalmente ‘no puedes hacerlo’ la mayor parte de mi vida, no hablarían así. Y aquí estoy otra vez. Logrando casi todo lo que me propongo», dijo el pasado 29 de julio en una conferencia de prensa en París.

El estadounidense, que esta temporada ha firmado un millonario contrato con Adidas, traspasa las fronteras más allá de la pista de atletismo. Tiene su propio canal de contenidos en YouTube con 167.000 suscriptores, trabaja con una agencia creativa que le ayuda y asesora con los contenidos y su imagen está asociada a multitud de marcas como Omega o Visa, además de ser protagonista de documentales como uno de Netflix de próximo estreno.