Nueva York – El Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) ha intensificado su presencia con más agentes en Central Park tras un aumento de robos en el icónico parque neoyorquino.
Desde el miércoles se vio un número visiblemente mayor de agentes en todo el parque, patrullando a pie, en bicicleta y en automóvil, después de que ocurrieran tres robos separados en un período de 24 horas esta semana.
En una entrevista con FOX5, el alcalde Eric Adams anotó ayer que esta medida es temporal, hasta que disminuyan los crímenes y que luego la ciudad va a introducir “nuevas formas de tecnología” para patrullar el parque.
“Es una gran superficie (…) Vamos a ver cómo los drones pueden complementar también la presencia policial”, anotó el alcalde demócrata.
Adams volvió a reiterar que la gran manzana sigue siendo “la ciudad grande más segura de Estados Unidos”.
Por su parte, el jefe de patrulla del Departamento de Policía de Nueva York, John Chell, dijo a la cadena local ABC 7 que en la parte sur del parque se han visto muchos robos perpetrados por grupos formados por menores.
“Creemos que los que están cometiendo estos robos son jóvenes inmigrantes”, matizó Chell.
La crisis migratoria en Nueva York, que ha recibido unos 212.000 inmigrantes en dos años, la mayoría latinoamericanos, está derivando en campamentos al aire libre por la ciudad y en un mayor escrutinio policial debido a la “actividad delictiva de un pequeño número” de ellos, según anotó la Alcaldía.
La ciudad del Empire State tiene estatus de “ciudad santuario”, lo que prohíbe a las agencias locales cooperar con autoridades de Inmigración además de que está obligada por orden de un tribunal de hace 40 años a acoger a los recién llegados.
Pero, la administración de Adams, que ha recibido a más de 60.000 de ellos en su sistema de albergues, impuso una polémica normativa para desalojarlos de los refugios tras 30 días a solteros y 60 a las familias con niños, dependiendo del caso.
Los campamentos responden tanto a esos desahucios como a su propia elección por la inseguridad en los refugios, según The New York Times, entre ellos el de Randall’s Island, que acoge a 3.000 inmigrantes en una isla ubicada entre el Alto Manhattan y Queens donde ha habido incidentes violentos y redadas.
Hace dos semanas, hubo cerca del refugio de Randall’s un tiroteo que dejó una mujer fallecida, venezolana, y dos heridos, al que siguió una gran redada en plena ola de calor que fue criticada por grupos activistas, que alegaron que las autoridades añaden leña al fuego del sentimiento xenófobo.