Tegucigalpa – En Honduras, los menores de edad y las mujeres son las principales víctimas de la trata de personas, un problema que se considera el tercer negocio ilícito “más lucrativo» del mundo y cuyo combate demanda mayor unidad regional, dijo a EFE la directora ejecutiva de la comisión nacional contra este delito, Sua Martínez.
Los más vulnerables a esta lacra son «nuestros niños y niñas, que son engañados con una paleta (o) un juguetito, por eso siempre le decimos a los padres de familia que cuidemos nuestros hijos», subrayó Martínez en una entrevista con EFE en Tegucigalpa.
Los niños y adolescentes están «cayendo en redes de trata», pero también son las principales víctimas de los delitos sexuales que se cometen en internet debido a la hiperconectividad a las pantallas, señaló la directora ejecutiva de la Comisión Interinstitucional Contra la Explotación Sexual, Comercial y Trata de Personas (Cicesct).
Aseguró que las mujeres representan el 90 % de las víctimas de la trata con fines de explotación sexual en Honduras, la manifestación más visible en ese país.
Normalización de la trata
Las mujeres son «explotadas, vendidas al mejor postor o utilizadas para captar dinero», lamentó Martínez, quien indicó que entre las causas por la que una mujer está en situación de explotación sexual están la pobreza, la desigualdad y el desempleo.
Las víctimas de explotación sexual son «engañadas con falsas promesas» y terminan trabajando en «lugares de masajes, haciendo favores sexuales o prostitución», una situación a la que las mujeres «se van adaptando y normalizando», comentó.
No hay un perfil único de víctima de trata, pero, según la funcionaria, la mayoría son personas jóvenes «con muchos sueños, que son destrozados» cuando «su cuerpo, su vida y su dignidad son vulnerados» por redes que obtienen grandes cantidades de dinero.
Una víctima de trata está «muerta en vida», afirmó Martínez, quien indicó que este flagelo presenta muchos retos, como mejorar el acceso a la justicia para aumentar la sentencia de los casos.
La también defensora de derechos humanos apuntó que no se «puede normalizar» la trata de personas en Honduras, donde las autoridades han rescatado este año a 28 víctimas, en su mayoría mujeres, niños y niñas.
Reclamó «la reparación del daño» para las sobrevivientes de la trata de personas y recordó que la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, aprobó un fondo para indemnizar a las víctimas.
El tercer delito «más lucrativo» en el mundo
Martínez indicó que la trata de personas es un «grave delito» que vulnera los derechos de las personas, especialmente niños, niñas y adolescentes, y su fin es «la explotación de la dignidad humana».
La trata, la explotación sexual y laboral, la mendicidad, adopción irregular, así como el reclutamiento de niños y jóvenes por maras o pandillas, son las principales formas de esclavitud moderna, señaló la también presidenta de la Coalición Regional contra la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes (Corett).
«A la explotación sexual se le denomina la esclavitud moderna del siglo XXI», enfatizó la funcionaria, al tiempo que aseguró que la trata es el «tercer delito más lucrativo» a nivel mundial, después del narcotráfico y el tráfico de armas.
Destacó que Honduras ha avanzado en la prevención, persecución y atención a las víctimas sobrevivientes de trata, aunque reconoce que hace falta abrir más oficinas regionales de la Cicesct, principalmente en los puntos fronterizos del país, para aplacar este flagelo y el tráfico de personas.
La trata es un flagelo «nacional y transnacional» y un país solo «no puede luchar contra este delito», por lo que es necesario «la unidad» de todos los gobiernos para «avanzar de manera regional» en su combate, enfatizó Martínez.
Resaltó además la relación entre la migración y la trata de personas, aunque cree que debe abordarse con mayor profundidad, por lo que instó a los países de la región a «trabajar de manera conjunta» para dar persecución a esos delitos.