Copenhague – El artista y activista cubano Luis Manuel Otero Alcántara ha sido distinguido este jueves en Noruega con el premio Rafto de derechos humanos «por su valiente oposición al autoritarismo a través del arte».
El fallo destaca que Otero Alcántara, de 36 años y actualmente en prisión, «ha sido arrestado innumerables veces por su activismo» y que sus obras son «rotundamente críticas con las restricciones a la libertad de expresión».
Otero Alcántara lidera el Movimiento San Isidro, fundado en 2018 y que agrupa a artistas, músicos, periodistas y académicos «que promueven la libertad de expresión» y se oponen al denominado Decreto 349, que obliga a los creadores a estar inscritos en el Ministerio de Cultura, al que deben pedir permiso para actuar y exponer su trabajo.
Cofundador del llamado Museo de la Disidencia, participó también en el vídeo musical de la canción de hip-hop «Patria y vida», que jugó un papel importante en las protestas antigubernamentales del 11 de julio de 2021.
«Desde 2016 ha sido objeto de interrogatorios, persecución política y ha sido arrestado innumerables veces. Además, sus obras de arte han sido confiscadas y destruidas por agentes de seguridad del Estado», apunta el fallo.
Otero Alcántara fue sentenciado en 2022 por desacato, desórdenes públicos y ultraje a los símbolos nacionales y cumple actualmente una condena de cinco años en la prisión de máxima seguridad de Guanajay.
«El premio Rafto 2024 tiene como objetivo resaltar la importancia del trabajo de Luis Manuel Otero Alcántara y otros artistas a la hora de desafiar las estructuras de poder y defender la democracia y los derechos humanos en Cuba y en todo el mundo», resalta el jurado, que insta al Gobierno cubano a liberar al activista, a todos los «presos políticos» y a derogar el Decreto 349.
La Fundación Rafto ha premiado anualmente desde 1987 a defensores de los derechos humanos y la democracia, entre los que figuran cuatro personas que luego recibieron el Nobel de la Paz: la birmana Aung San Suu Kyi, el timorense José Ramos-Horta, el surcoreano Kim Dae-jung y la iraní Shirin Ebadi.
El premio, dotado con 20.000 dólares, lleva el nombre del profesor Thorolf Rafto, que dedicó su vida a defender la democracia y los derechos humanos.