Tegucigalpa – Honduras afronta el desafío de “pensar” en la salud mental de los migrantes, tanto de origen como de tránsito, señaló a Proceso Digital el psiquiatra Javier Uclés.

 El experto en psicología alertó que solo el hecho de pensar en la migración irregular para una persona ya comprende una actitud suicida ya que los peligros son diversos y pese a esa información continua con materializar la idea de emigrar.

El país centroamericano hasta ahora no ha pensado y no tiene la capacidad para atender la salud mental de los migrantes, señaló.

No obstante, debe iniciar a pensar en la misma y lo debe hacer en dos vías, en la migración de origen y en la migración de tránsito, detalló.

psiquiatra Javier Uclés.

Estrés permanente

Desde la psiquiatría se concluye que los migrantes desde que concibe la idea de abandonar su país están en un estrés permanente, dijo el experto psiquiatra.

El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional, los migrantes lo sufren de forma permanente, pero en realidad es el menor de sus problemas.

Traumas, cansancio, miedo, rabia, cólera, desencanto, frustración y hasta pensamientos suicidas, son parte de los síntomas que comúnmente padecen los migrantes.

Con base en lo anterior, se debe iniciar a pensar en la salud mental de los migrantes, dijo.

“El Estado no apoya y se cruza de brazos para facilitar la migración”, concluyó.

Migrantes demandan atención psicológica

Personas migrantes que ingresaron a territorio hondureño de forma irregular han demandado ante el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) más atención psicológica luego de vivir situaciones de violencia en la ruta migratoria.

Víctimas de violaciones a los derechos humanos, asaltos  y con necesidades de atención psicológica por haber vivido situaciones de violencia durante la ruta migratoria, son parte de los testimonios brindados al Conadeh.

En ese orden, el Conadeh a través de una unidad móvil logró identificar a personas migrantes con necesidades de atención psicológica luego de revelar haber vivido situaciones de violencia durante la ruta migratoria.

Deportación = frustración

El hondureño Héctor Pérez intentó migrar ocho veces a Estados Unidos y las ocho fue deportado. Ya no lo intentará más.

«Creo que es la última vez que lo intento», dijo a la agencia EFE Pérez después de tratar de llegar a EE.UU. ocho veces entre 2022 y 2024, la última a inicios del pasado abril. Es una situación «muy dura», pero lamentablemente «no se ha dado la ocasión», quizá porque «es un propósito de Dios que no logremos el objetivo».

Este soldador, padre de tres hijos, explicó que se fue porque en Honduras «los sueldos no ajustan».

Pérez forma parte de los 24 mil 392 hondureños deportados desde el 01 de enero hasta el 30 de agosto de 2024, según cifras del Instituto Nacional de Migración, todos han retornados con sueños frustrados tras no poder concretar su idea de migración.

Los migrantes en tránsito que en el 2023 superaron el medio millón también representan un desafío para el país centroamericano.

Migrantes en tránsito

Estos migrantes también demandan atención psicológica al llegar a Honduras, pero la respuesta es poca o nula, según sus testimonios.

Este 2024 han transitado por Honduras 286 mil 269 migrantes de diversas nacionalidades, la mayoría de Venezuela (137 mil 391).

La mayoría de estos migrantes tuvo que pasar por la selva del Darién, un espacio que divide el territorio de Colombia con Panamá.

La selva del Darién tiene 5 mil kilómetros cuadrados de bosques tropicales, montañas escarpadas y ríos, todo ello representa un enorme desafío para quienes cruzan esta barrera de la naturaleza.

Al llegar a Honduras estos migrantes no solo llegan cansados, muchos llegan traumatizados después de haber sufrido, hambre, asaltos, no haber dormido ni comido bien, así como sortear los peligros naturales de un bosque.