Naciones Unidas – El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, anunció este miércoles que su país destinará una nueva partida de 685 millones de dólares para ayudar a los países de Latinoamérica y el Caribe a acoger a los migrantes que pasan por sus territorios.
El jefe de la diplomacia estadounidense hizo este anuncio durante una reunión de cancilleres de la Declaración de Los Ángeles, una iniciativa lanzada por Estados Unidos para abordar los flujos migratorios regionales, celebrada en Nueva York con motivo de la Asamblea General de la ONU.
Blinken detalló que los nuevos fondos incluyen 369 millones de dólares para ayudar a refugiados y a migrantes vulnerables en sus países de acogida, así como 228 millones de dólares en asistencia alimentaria para los venezolanos desplazados en Colombia, Ecuador y Perú.
La aportación de Estados Unidos proporcionará también 10 millones de dólares para un programa del Banco Mundial que promueve el desarrollo económico para los refugiados y sus comunidades de acogida.
Con esta nueva aportación, dijo Blinken, Estados Unidos lleva invertidos en 2024 más de 1.200 millones de dólares para avanzar en la Declaración de Los Ángeles, firmada en 2022 por una veintena de países que se comprometieron a cooperar para frenar la migración irregular y expandir vías legales para los migrantes.
El secretario de Estado anunció además la creación de un nuevo secretariado, presidido de forma rotatoria por Colombia, que se encargará de establecer las prioridades de la Declaración de Los Ángeles para 2025.
«Estoy seguro de que juntos podemos avanzar hacia un continente donde la migración sea una opción libre y legítima, donde todas las personas puedan vivir con seguridad, dignidad y oportunidades», concluyó Blinken.
El canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, dijo en la reunión que la creación de un secretariado es «muy importante para avanzar en la institucionalización» de la Declaración de Los Ángeles.
Murillo reivindicó que Colombia ha acogido a casi tres millones de venezolanos, de los cuales 2,5 millones ya han sido regularizados, y que ha dedicado el 1 % del PIB a atender a los migrantes.
Pero destacó que su país también es un país de tránsito por el que pasan personas de decenas de nacionalidades y que se necesita «más trabajo con otros países» para tratar el asunto.