Por Alberto García Marrder 
Especial para Proceso Digital, La Tribuna y El País de San Pedro Sula

Tengo que contarlo!!! Y aunque no puedo por voz, ya que el habla se ha visto perjudicada, si puedo escribir.

Ojalá este relato pueda servirle a alguien en circunstancias similares.

Mi consejo: Acudan a un médico tras los primeros síntomas de un posible problema cerebral, es decir, si sienten dolores agudos y persistentes de cabeza, dificultad repentina al hablar o moverse, problemas repentinos de visión, o parálisis facial… Recuerden… Existe una ventana de ocho horas para atajarlo a tiempo y combatir posibles secuelas. Yo lo he vivido.

Este es mi relato:

Foto anterior al ictus

19 SEPTIEMBRE: 

Vivo  solo en un pueblo de la sierra madrileña a media hora de Madrid. Mi hija menor me llamó y me notó “raro”. Pidió hablar con la chica de la limpieza, quien le dijo que yo hablaba con dificultad. Sara (mi hija), quien vive casada en otro pueblo cercano, decidió llevarme a un hospital privado de Madrid que bien conocemos, El Hospital Universitario Sanchinarro del grupo HM . 

En el puesto de entrada de Emergencias, me hicieron pasar por delante de unas 20 personas que esperaban su turno. Parecía urgente lo mío. 

Tras un estudio inicial de pruebas, los primeros indicios indicaban que había sufrido un ictus cerebral y fui ingresado sin demora. 

VIERNES 20 SEPTIEMBRE:  

Un joven y simpático neurólogo me explicó todo y empezaron más pruebas cerebrales y también cardíacas (habían visto algo preocupante en un electrograma). Algunas pruebas muy difíciles como lo fue una resonancia magnética del cerebro, sin moverse uno durante una media hora.  

Cada noche me acompañaban familiares, quienes dormían en el sofá a mi lado en mi nueva estancia habitación #125. 

Foto cuando era paciente

SÁBADO 21 SEPTIEMBRE. 

Más pruebas. Los médicos concluyen que fue un ictus cerebral, causado posiblemente por la alta tensión arterial, pero ahora quieren saber las consecuencias de esa situación. El neurólogo confirma la localización del ictus, que fue en un vaso sanguíneo en la base del cerebro. Es un vaso muy pequeño y fácil de atascar. Con las pruebas, quieren afinar el tratamiento a seguir y para comenzar me dan primero el popular anticoagulante Adiro, para darle más fluidez a la sangre. 

DOMINGO 22 SEPTIEMBRE 

Día de descanso y reunión familiar. 

LUNES 23 SEPTIEMBRE 

Último día en el hospital. Salgo vivo y contento, pero sin poder hablar y caminar bien. Estaré un mes en un sanatorio de rehabilitación. Pero estoy bien y con ganas de seguir viviendo. 

Exterior del hospital

Es fundamental contar con el apoyo de los seres más queridos para fomentar las ganas de una pronta recuperación. Yo en eso, tengo suerte y puro agradecimiento.