Roma – La Organización Internacional de las Migraciones (OIM) ha decidido «estar» al menos durante tres meses en la operación del Gobierno de Giorgia Meloni para trasladar y retener en Albania a personas rescatadas en el mar mientras se gestionan sus solicitudes de asilo para «proteger a los migrantes».

«Hemos decidido que es mejor estar que no estar, porque sabemos por experiencia que este tipo de operaciones normalmente no tienen la capacidad de poder defender de modo adecuado el derecho de los migrantes y de garantizar la tutela de sus vulnerabilidades», explicó EFE el portavoz de la OIM para el Mediterráneo Central, Flavio di Giacomo.

Los primeros 16 migrantes llegaron este miércoles a los dos centros construidos por Italia en Albania, en el marco del acuerdo firmado por Roma y Tirana que Meloni defiende como «una vía nueva y valiente» y que la Unión Europea comienza a considerar ahora como una posibilidad, tras ser descartada hace unos años por las dudas sobre su compatibilidad con la legislación comunitaria e internacional.

El pasado domingo, el buque ‘Libra’, de la Marina militar italiana, fue enviado en alta mar para interceptar dos barcas de migrantes, una con 53 personas y otra con 32, ambas procedentes de Libia. En él viajaba personal de la OIM.

«Efectuamos en la nave los test iniciales e identificamos toda una serie de vulnerabilidades, incluso entre los migrantes que cumplían las condiciones, es decir hombres adultos en buen estado de salud provenientes de países seguros», indica Di Giacomo.

De los 85 migrantes rescatados, solo 16 resultaron susceptibles de ser trasladados a Albania y una vez llegados allí, tras un segundo test en el centro de Schengjin, donde se identifica a los solicitantes de asilo antes de ser trasladados al de retención de Gjader, la cifra se redujo a 12.

En la evaluación en profundidad ya en tierra, se comprobó que había dos menores que previamente no lo habían dicho y dos personas vulnerables, que podría ser víctimas de torturas, de violencia, y regresaron a Italia.

«Esto demuestra dos cosas: que la evaluación de la vulnerabilidad se hizo bien por el personal cualificado de la OIM, al que, todo hay que decirlo, las autoridades les dejaron el tiempo necesario, y que el 90 % de las personas que vienen de Libia son vulnerables», explica el portavoz.

«Ese es el motivo -subraya- por el que hemos decidido intervenir: sabiendo que estos sistemas de externalización de fronteras no tienen los instrumentos adecuados para garantizar la tutela de los vulnerables, hemos decidido, sin entrar a juzgar este sistema, estar aquí para proteger a los migrantes y evitar que personas vulnerables vayan a Albania».

Aunque «la OIM no considera esta la mejor opción, pues en general no apoyamos los procesos de externalización, nos damos cuenta de que los Estados soberanos tienen la libertad de aplicar las políticas migratorias que prefieran, basta que lo hagan respetando el derecho internacional y el derecho europeo, por supuesto».

Con los primeros migrantes trasladados a Albania no ha habido problemas de seguridad, aunque «habrá que ver cuando en lugar de interceptar 85, sean 200, 300 o 500», dice y añade que la OIMC permanecerá en la operación «durante 3 meses, un periodo para evaluar y luego veremos que sucede».

«Aún no sabemos qué pasará, los jueces deben decidir sobre convalidar las retenciones en 48 horas, ya veremos, y entonces comenzaría el proceso acelerado de tramitación» antes de ser deportados a sus países en caso de que se les deniegue el asilo, en un recorrido que, reconoce, tiene «muchas dudas legales» que habrá que ir viendo.

E insiste: «Nosotros solo hemos pensado en evitar que los migrantes con vulnerabilidades no evidentes fueran enviados a Albania. El Gobierno nos pidió participar y decidimos que sí, porque sin nosotros los migrantes no habrían tenido la misma tutela».