Tegucigalpa (Especial Proceso Digital /Por Ronald Ordóñez) – El paso de la tormenta Sara que tardó mucho en degradarse y disiparse, dejó destrucción, desolación y pérdidas millonarias en Honduras, una cicatriz con la que el país centroamericano deberá vivir por décadas antes de volver a un punto de recuperación, concluyeron expertos consultados por Proceso Digital.

Tanto expertos en cambio climático como economistas coinciden que el país ni siquiera ha logrado una recuperación del huracán Mitch.

El 27 de octubre de 1998, el huracán Mitch tocó tierra en Honduras, desatando una de las peores catástrofes naturales en la historia nacional, 26 años han pasado y Honduras no se ha recuperado, tampoco del paso de las tormentas tropicales Eta e Iota.

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Entre el 01 y el 16 de noviembre de 2020, Honduras fue afectada por dos fenómenos naturales, el primero la depresión tropical Eta y luego el huracán Iota, que ingresó como tormenta tropical.

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Honduras no logra retomar los niveles de producción, empleo y desarrollo que presentaba antes del paso de estos fenómenos naturales y no lo hará en un futuro cercano tras el paso de Sara, por lo que ni siquiera aspira a un punto de normalidad es una década.

Lenta recuperación

Menos de una década no tardará la recuperación, dijo a Proceso Digital el experto en cambio climático, Wilmer Reyes, quien recordó que Honduras aún sufre secuelas del huracán Mitch pese a que han pasado 26 años.

“El huracán Mitch pasó a 26 años y todavía tenemos secuelas, desde Eta e Iota apenas un 45 % de toda la infraestructura productiva se ha recuperado y estamos hablando que ya han pasado casi cinco años y quizás el otro 60 % ya no se recupere porque ya nos cayó este otro fenómeno (Sara)”, expresó el experto.

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Ahora, si no tuviésemos efectos o impactos adicionales, mínimo nos tardará una década para poder llegar al estado original antes de Sara, razonó.

En ese sentido, vaticinó una lenta recuperación y quizás nunca se logre volver a  la normalidad del país antes del impacto de estos fenómenos climatológicos.

Concluyó que Honduras permanece en un déficit permanente de recuperación ya que año con año vuelve a tener otro impacto climatológico.

Lo peor es que cada año los fenómenos van a aumentar en cantidad y en magnitud, es decir en potencial de daño, es decir cada uno será más devastador que el anterior.

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La posición geográfica de Honduras también es desfavorable en este tema ya que se encuentra en la ruta de los huracanes.

Estar en la trayectoria de los huracanes, la alta vulnerabilidad y la topografía, así como la poca capacidad de respuesta que tenemos como país no permitirá que Honduras abandone la lista de los 10 países más vulnerables del mundo, zanjó.

Impacto de Sara

Seis personas fallecidas y más de 250 mil afectados, es tan solo una parte de las estadísticas de devastación que Sara dejó a su paso por Honduras, según datos de la Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales (Copeco).

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Sara también ha causado pérdidas estimadas en más de 300 millones de lempiras (12 millones de dólares) en la producción de granos básicos, según el presidente de la Asociación de Productores de Granos de Honduras (Prograno), Dulio Medina.

Medina comentó que los departamentos donde se reportaron las mayores pérdidas son Colón, Olancho y Danlí, este último reporta pérdidas parciales de 36 millones de lempiras. Sin embargo, la anterior cifra continuará en ascenso, advirtió.

Ver: Pérdidas en granos básicos por la tormenta Sara supera los L. 300 millones, estima Prograno

Más de 3 mil viviendas dañadas y casi 2 mil comunidades incomunicadas también es parte de la estela de destrucción de Sara en Honduras.

La tormenta tropical Sara se aleja de Honduras tras dejar un muerto, más de 50 mil afectados, comunidades aisladas y ocho puentes destruidos. Foto: EFE

Factores para la recuperación

En conversación con Proceso Digital economista agrícola Carlos Andrés Zelaya, coincidió que la recuperación del paso de la tormenta Sara tardará años, pero aun así dependen de varios factores como la respuesta institucional y la diplomacia con que se maneje la misma.

Sin embargo, expuso que Honduras ni siquiera se ha recuperado del paso del huracán Fifí que impactó en Honduras en el año 1974, medio siglo ha pasado desde entonces y Honduras no ha vuelto a aquella normalidad, dijo.

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Reflexionó que Honduras no ha aprendido todos las lecciones que la naturaleza ha brindado. Entonces si seguimos haciendo lo mismo, vamos a seguir teniendo los mismos resultados, acotó.

Un gran error es creer que solo con bordos se protegen las zonas vulnerables, enfatizó al tiempo que dijo que como sociedad estamos equivocados.

Otro factor que se requiere abordar es un cambio de cultura como el manejo de la basura, actualmente es la basura la que está ocasionando inundaciones, entonces se debe tener una cultura de un buen manejo de los desechos sólidos, dijo.

Un siguiente factor es propiciar un desarrollo de la agricultura de absorción, es decir agricultura que absorba el agua y evite que esta sature los suelos o causen otros tipos de daños.

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Un 80 % del territorio hondureño está conformado por laderas, solo un 20 % es planicie, entonces con agricultura de absorción se evitaría que se inunden las parte planas del país, reflexionó.

Finalmente, dijo que es necesario hacer uso de la tecnología para el manejo de la agricultura e incluirla en los planes de contingencia.

Política ambiental

De su parte, el economista Melchor Rodríguez, indicó a Proceso Digital que para pensar en una recuperación primero se debe pensar en una política ambiental.

Sin embargo, también coincidió que lograr la recuperación es una acción que requiere de muchos años incluso décadas.

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La parte productiva puede aspirar a una recuperación más pronta, pero insistió que se requiere de una política ambiental.

La lenta recuperación del país en materia estructural queda expuesta en obras que se hicieron de manera provisional hace 20 o 30 años y siguen funcionando.

En realidad lo que pasa es que no estamos previendo ya que cada año sucede lo mismo, el mismo puente que se cae un año es el que ya se cayó en el pasado, reflexionó.

Impacto a la salud

Si bien algunos sectores como el productivo pueden hablar de años para una recuperación, otros impactos pueden ser permanentes, por ejemplo, el impacto a la salud.

En ese sentido, el médico Kenneth Rodríguez, advirtió que una proliferación y brote de enfermedades se puede suscitar en el territorio nacional post lluvias registradas por el paso de la tormenta Sara.

 Ver: Advierten proliferación y brote de enfermedades tras lluvias

Es muy común que después de las lluvias se registren muchas enfermedades, por lo que se deben tomar todas las medidas preventivas, alertó.

Enfermedades respiratorias y gastrointestinales acompañadas de diarrea podrían tener una proliferación, mientras que se pueden activar brotes de otras enfermedades como leptospirosis y dengue, enumeró el experto.

Si no se atienden las recomendaciones existirá una proliferación y brote de enfermedades después de las lluvias, zanjó.

Salud mental

El doctor Josué Cáceres, director del Hospital Santa Rosita, dijo a Proceso Digital, que después de las lluvias se pueden desencadenar una serie de patologías que aumentan el estrés y el mismo puede derivar en otras enfermedades.

De hecho, el mayor problema es que este sometimiento de estrés para los hondureños es repetitivo cada año con las lluvias de diferentes fenómenos naturales.

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Recordó que, muchas personas no solo perdieron bienes, sino a personas queridas y eso desencadena patologías como trastorno de ansiedad.

Después de las lluvias los hondureños deben iniciar un proceso de fortalecimiento de la salud mental, dijo.

En ese sentido, recomendó hacer actividad física, comer saludablemente y acudir por ayuda profesional ante un psicólogo o un psiquiatra, de ser necesario.  

Las tormentas y huracanes acentúan las migraciones

Tampoco las migraciones quedan de lado. El huracán Fifí y luego el poderoso Mitch, generaron corrientes interminables de migración. Justamente fue Mitch el que dio origen a un Tratado de Protección Temporal (TPS), que aun cobija a varios miles de catrachos en los Estados Unidos.

Los fenómenos naturales han incido por largo tiempo en las corrientes migratorias que en Honduras se acentúan frente a la conflictividad y el coctel de crisis sociales que conjugan la violencia de pandillas, crimen organizado, drogas, pobreza agudizada por el desempleo y la falta de respuestas de gobiernos desconectados de la gente y sumergidos en una acentuada corrupción.

Las personas desplazadas por razones climáticas también están dejando a estos rubros sin la mano de obra necesaria para la temporada de cosecha.

Proceso Digital conversó sobre este tema con Kathryn Lo, jefa de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), quien señaló que los desastres y los impactos del cambio climático en Honduras también pueden desencadenar desplazamientos de personas y aumentar los riesgos para las comunidades afectadas.

El cambio climático afecta en especial a aquellas comunidades ubicadas en áreas de alto riesgo de desastres, que a su vez, son controladas por grupos de crimen organizado, reflexionó.

La alta funcionaria lamentó que dichas comunidades no solo sufren violencia, sino que también son extremadamente vulnerables a desastres como inundaciones y deslizamientos de tierra.

Los desplazados climáticos son el resultado de comunidades afectadas por una mala combinación entre violencia y los efectos del cambio climático.