Tegucigalpa (Especiales Proceso Digital /Por Verónica Castro) – Johana Elizabeth Thomas Zapata es una hondureña apasionada de las matemáticas que le apuesta al fortalecimiento de la academia y la investigación. La pasión que esta joven garífuna siente por los números, las fórmulas y las ecuaciones, la ha llevado a culminar metas profesionales que enorgullecen a su familia, a su comunidad y a Honduras.
+ “Mi historia con las matemáticas comenzó como en mi cuarto grado”, recuerda la máster Johana Thomas Zapata.
+ Johana lidera un proyecto de talleres de robótica, ciencias, matemáticas, ingeniería y tecnología a estudiantes garífunas en Iriona.
+ A sus 33 años, la joven garífuna obtendrá un Doctorado en Educación en Matemáticas y Ciencias, y sus planes incluyen continuar su formación profesional.
+ Los intereses de investigación de la catracha se centran en las áreas de formación docente, aprendizaje o desarrollo profesional y el lenguaje y cultura en matemáticas.
Johana se convirtió en la primera hondureña en obtener un Máster en Matemática Aplicada y Programación Científica en la University College Cork de Irlanda y a sus 33 años, dentro de cuatro meses, sumará a su currículo el Doctorado en Educación en Matemáticas y Ciencias de la Universidad Estatal de Washington, Estados Unidos.
Una pasión cultivada
Para la joven educadora e investigadora, la pasión por los números comenzó desde su niñez, en su natal La Ceiba, Atlántida, en el Caribe hondureño.
“Soy la menor de cinco hermanos, pertenezco a la comunidad garífuna y mi historia con las matemáticas comenzó como en mi tercer o cuarto grado”, comenzó la joven durante una plática con Proceso Digital, realizada en Tegucigalpa, en ocasión de su participación en el Foro de Ciencias Básicas y Abiertas para el Desarrollo Sostenible.
Johana, la quinta hija del matrimonio formado por los señores Ambrocio Thomas y Sergia Zapata, vivió su niñez junto a sus hermanos Andrés, Karen, Julissa y María.
La joven matemática recuerda que su mundo siempre estuvo ligado a los números, ya fuera en sus juegos o sus estrategias, “yo siempre hacía números”, afirmó.
El interés que la niña mostró por los números fue cultivado por su madre, una maestra de matemáticas quien durante 30 años impartió esta asignatura.
“A mis hermanos también les gustaba las matemáticas, pero mi madre dice que yo soy la más apasionada por las matemáticas y que siempre dije, voy a estudiar bancas y finanzas, después dije que estudiaría estadísticas, siempre era algo relacionado con eso”, recordó.
Luego, cuando cursó su primaria en la escuela parroquial San Isidro y posteriormente en el Instituto María Regina, su talento no pasó desapercibido por sus maestros.
La joven recuerda que fue su maestra de cuarto grado, Yolanda Pavón, quien detectó la facilidad por los números que demostraba a sus cortos nueve años de edad y la motivó a participar en una competencia de matemáticas.
“No hubo premio, y desde ese momento, como dicen, me la creí”, confesó al reafirmar que siempre le gustó resolver problemas y como los maravillosos números tienen esa bondad, ahora no se ve fuera de ese mundo.
Formación académica
Johana obtuvo una licenciatura en Educación en Matemáticas en la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM), donde posteriormente se integró al cuerpo de docentes. “También estuve en Nicaragua un tiempo, aprendiendo inglés”, dijo.
En 2015 se ganó una beca para realizar estudios de posgrado en University College Cork, Irlanda, donde obtuvo una maestría en Matemáticas aplicadas y Programación científica, donde fue la primera mujer latina que ingresa a este programa.
Tras dos años formando profesionales de las matemáticas en la Pedagógica, aplicó a la beca Fulbright, y hoy está a un paso de obtener el Doctorado en Educación en Matemáticas y Ciencias de la Universidad Estatal de Washington, Estados Unidos. Además, se desempeña como educadora e investigadora.
Hoy como mujer matemática, educadora e investigadora, está trabajando en un proyecto de investigación que analiza datos de estudio de lecciones en todo el distrito que respaldaron la adopción del plan de estudios de matemáticas en primaria.
Aunque es católica, Johana no entra en contradicción entre sus creencias y su profesión. “En general nosotros los matemáticos pedimos prueba de todo”, dijo al mencionar que si en algún momento estuvo en conflicto su pensar era que por fe creía.
Johana Thomas llevó a la comunidad garífuna de Iriona, Colón, los talleres de robótica
Trasmisión de conocimiento
Para la joven, la transmisión de conocimientos forma parte elemental de su vida, por eso colabora con organizaciones relacionadas con ciencia, tecnología e innovación.
Refirió que el mayor proyecto que tienen en la actualidad está relacionado con la robótica en la comunidad garífuna de Iriona, en el departamento de Colón, realizado junto a la Fundación STEM Honduras.
En 2024 se realizó por segunda ocasión y para este año será su tercera edición.
El proyecto lleva a cabo talleres de robótica donde se incorporaron principios de ciencias, matemáticas, ingeniería y tecnología de última generación a jóvenes talentosos de siete centros educativos de Iriona.
Thomas destacó que aspira a impulsar el proyecto piloto para crear el primer equipo formado por estudiantes de pueblos afroindígenas, para participar en las competencias que organiza la Fundación STEM Honduras y aspirar a que estos jóvenes clasifiquen a la Olimpiada Mundial de Robótica (WRO, por sus siglas en inglés).
Proyectos a futuro
Para Johana, el doctorado en Educación en Matemáticas y Ciencias es solo un peldaño en su formación académica, la que al igual que los números, es infinita.
“Tengo varios planes, luego que termine el doctorado, podría ser profesora en el departamento de Matemáticas, también en la parte de administración educativa y liderazgo. Otra área es continuar profesionalizándose en matemáticas”, manifestó.
“Hay muchas personas que han creído en mí”, afirmó al agregar que, aunque ahora hable de lo que ha logrado a sus 33 años, lo cierto es que las veces que ha fracasado también cuenta en su formación hasta llegar donde está. “Todos los procesos son importantes, y nos forman como personas, como profesionales”, enfatizó.