Naciones Unidas – Naciones Unidas se ha propuesto lograr la paridad de género dentro de la organización para 2028 y la encargada de asegurar que se cumpla ese objetivo es una española, Ana María Menéndez, que defiende que la ONU debe ser «un ejemplo».
«Naciones Unidas tiene que ser un modelo y un ejemplo a seguir. Si nosotros conseguimos este objetivo, podemos decirle a los Estados miembros: esto se puede conseguir», explica la diplomática en una entrevista con Efe.
Menéndez es asesora superior sobre Políticas del secretario general de la ONU, António Guterres, que le ha encomendado dirigir una de sus grandes apuestas dentro de la organización.
El compromiso del diplomático portugués es que para 2028 la ONU tenga total paridad de género entre sus funcionarios, en todos los departamentos y agencias y a todos los niveles.
Para lograrlo, Guterres ha empezado por arriba, nombrando un Grupo Superior de Gestión -algo así como su Gobierno- con más mujeres que hombres y prevé que para 2021, como muy tarde, la paridad sea una realidad en la totalidad del escalafón más alto de Naciones Unidas.
Según explica Menéndez, ese objetivo está ya prácticamente cumplido, pues ahora mismo hay en ese nivel un 47 % de mujeres frente a un 53 % de hombres, un rango que dentro de la estrategia aprobada en 2017 ya se considera paritario, aunque la idea es que lleguen a ser mitad y mitad.
También se ha logrado ya el hito de la paridad entre los coordinadores residentes de la ONU, los funcionarios que representan a la organización en los distintos países.
Las dificultades, por ahora, se encuentran especialmente sobre el terreno, por ejemplo en las operaciones de paz, donde las mujeres siguen siendo minoría no solo entre los militares (que tienen una estrategia al margen), sino también entre el personal civil.
Naciones Unidas se ha encontrado además con recelos dentro de su propia casa. «Hay reticencias sin duda ninguna. Mentiría si dijera lo contrario», reconoce la diplomática española.
Según explica, la oposición no es únicamente de hombres, sino que también hay personal femenino que considera que estas medidas «son insultantes para las mujeres» y hay quien que cree que esto puede perjudicar su carrera.
Frente a ello, Menéndez esgrime dos argumentos que considera que son «difíciles de rebatir». Uno, el hecho de que Naciones Unidas, como una organización que sirve a los pueblos del mundo, «necesita reflejar» la realidad de que las mujeres suponen la mitad de la población.
Y dos, que «las organizaciones funcionan mejor cuando son más inclusivas y cuando son más diversas».
«La gente a la que nosotros servimos se siente mejor cuando ve que hay mujeres y hombres en los equipos de Naciones Unidas que cuando sólo ve hombres», asegura.
La gran apuesta de la ONU por la paridad ha llegado precisamente en un momento en el que surgen más y más reacciones a los progresos del feminismo.
«Hay una tensión, sin duda ninguna», reconoce Menéndez, que insiste en todo caso en que ese movimiento que está «replanteándose» todo el tema de la igualdad no es mayoritario y que los Estados miembros tienen compromisos que deben respetar.
«Los Estados miembros, todos ellos, firmaron la Agenda 2030 y se comprometieron a alcanzar el objetivo número 5, que es sobre igualdad de género. Y tienen que cumplirlo», recalca.
Una veterana del cuerpo diplomático español, Menéndez rememora cómo ha cambiado la situación de la mujer en ese ámbito en las últimas décadas y destaca los avances que todo el país ha hecho en materia de igualdad.
Pese a ello, insiste, en que los progresos tienen que seguir, también en España, porque queda aún «muchísimo por hacer».
Ana María Menéndez es asesora superior sobre Política de Guterres desde junio de 2017, pero en su dilata experiencia de 30 años en la carrera diplomática fue antes embajadora de España ante Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales en Ginebra y participó en las negociaciones de las principales conferencias de la ONU sobre desarrollo, desarme, temas humanitarios y derechos humanos.