Camisetas, bufandas y mensajes depositados por los vecinos de Gondomar, en el norte de Portugal en la Academia Diogo Jota en honor al que fuera uno de sus vecinos en su infancia, el delantero portugués del Liverpool y a su hermano André Silva. EFE/Susana Samhan

Gondomar (Portugal) – Diogo Jota dio sus primeros pasos en el fútbol en el Club Deportivo de Gondomar, en el norte de Portugal, renombrado años tarde como Academia Diogo Jota en honor a su futbolista más ilustre, y que este viernes lo recuerda con tristeza tras el accidente de trafico en España que se cobró su vida y la de su hermano, André Silva.

La academia se encuentra en las afueras del pueblo y no muy lejos de la Iglesia Matriz de Gondomar, donde este sábado se celebrará el funeral.

Reina un silencio de luto en estas instalaciones deportivas, donde los vecinos y aficionados se acercan a cuentagotas a depositar flores, velas, bufandas de equipos como la selección nacional, el Atlético de Madrid o el Oporto, donde jugaba actualmente el delantero del Liverpool.

Allí estaba Eugenia, con su nieta, de 7 años, para depositar un ramo de flores de color violeta. Después de dejar las flores se asomó al campo de fútbol del club y se le oyó decir a la niña: «¿Ves? Tu tío jugó aquí con Diogo Jota».

En declaraciones a EFE, esta limpiadora señaló que conocía a Diogo Jota «desde pequeñito»: «Jugó aquí en este campo con mi hijo, fueron compañeros», dijo.

Recordó que, de niño, el jugador era «muy activo, muy feliz».

«Era amigo de sus amigos», señaló Eugenia, mientras su nieta la escuchaba en silencio atentamente.

Esta vecina de Gondomar aseguró que en su infancia el internacional portugués era tan bueno como de adulto, «por eso él siguió».

También se acuerda de su hermano André Silva, que venía a este club deportivo y jugaba en categorías inferiores.

Minutos más tarde, se aproximó al lugar Tiago, un cocinero de un restaurante de sushi, que acudió este viernes al club porque Diogo Jota «era alguien de la tierra».

Tiago no conoció a los fallecidos ni a su familia. Para él, Diogo Jota «fue alguien que significó bastante».

«Desafortunadamente sólo vemos lo que significa cuando pasan estas situaciones», lamentó.

Este aficionado del Oporto, de 33 años, prefirió venir al club a rendir su homenaje particular a Diogo Jota y André Silva, en vez de ir a las exequias en la iglesia mañana o pasarse por el velatorio, que se instala esta tarde en la Capilla de la Resurrección, detrás del templo.

Con semblante serio, el empresario Marcelo Cardoso, de 41 años, deposita una bufanda de la selección de Portugal, en honor a los hermanos fallecidos.

Cardoso jugó aquí de pequeño y su hijo también se entrenó en la academia hasta el año pasado, además de su hermano y su primo. No trató personalmente a Diogo Jota y André Silva pero los vio alguna vez en el club, como cuando cambió de nombre en 2022 para homenajear al jugador del Liverpool.

«No soy de la generación de Diogo Jota, pero lo conozco bien, es una familia conocida. Era de aquí de la tierra, fue el primer jugador de aquí que tuvo éxito, en llegar a un nivel tan grande como llegó, al Liverpool y la selección», rememoró este hincha del Oporto.

Los restos de los dos hermanos llegaron anoche a Gondomar, que está en las afueras de Oporto, donde espera que el velatorio comience a las 16.00 hora local (15.00 hora GMT).

El funeral para despedirlos está programado mañana, sábado, a las 10.00 hora local (09.00 hora GMT) y después serán enterrados en el cementerio de esta población.

Diogo Jota, de 28 años, y su hermano André, de 25, fallecieron en la madrugada del jueves en un accidente de tráfico en la A52, en Cernadilla (Zamora, España).

El delantero, formado en los clubes portugueses del Gondomar y Paços de Ferreira, fue jugador del Atlético de Madrid en 2016 y posteriormente jugó cedido en el Oporto hasta 2018, cuando pasó a la liga inglesa. Desde 2020 era futbolista del Liverpool.

Su hermano André Felipe Silva también era futbolista y jugaba en el Futebol Clube Penafiel, un equipo de la segunda división portuguesa. EFE