Washington – La primera vicepresidenta de Costa Rica, Epsy Campbell, abogó el martes en Washington por una política migratoria pensada desde los países de origen y no restrictiva para abordar la realidad de Centroamérica.
«Costa Rica es un lugar de paso, primero, pero Costa Rica es un país receptor, no somos emisores netos de migrantes, lo cual no quiere decir que no hay costarricenses que buscan oportunidades en otros países, pero en general recibimos muchos más migrantes que los migrantes que salen», declaró Campbell en una entrevista con Efe.
De visita en Washington, invitada a exponer ante la Organización Panamericana de la Salud (OPS) el sistema médico de su país, Campbell, la primera vicepresidenta afrodescendiente de América Latina, puntualizó que lo que sucede en el llamado Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Honduras) los impacta.
«Lo que pasa en el Triángulo Norte tiene un impacto en Costa Rica, porque entre más se cierran las oportunidades en el norte y no se desarrollen los países, la gente mira necesariamente al sur», agregó la funcionaria, quien apuntó que en el último año «aumentaron las solicitudes de refugio» en su país.
Sin embargo, indicó que no han recibido «ninguna oferta» de Estados Unidos para sumarse a los acuerdos migratorios como los suscritos en los últimos meses con los países del Triángulo Norte, e insistió en que son receptores de inmigrantes.
En ese contexto, Campbell dijo que su país ve «con muy buenos ojos» el Plan de desarrollo integral que lidera México con el apoyo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) para atender el problema migratorio junto a El Salvador, Guatemala y Honduras.
De estos tres países centroamericanos proceden la mayoría de personas que migran actualmente a EE.UU.
«Miramos con muy buenos ojos que se piense desde el protagonismo de los propios países y no solamente de una política migratoria restrictiva de Estados Unidos cómo se hace para generarle oportunidades a las personas de estos tres países con un protagonismo muy importante de México, que también es un emisor», dijo.
Campbell respaldó la estrategia del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y los tres países centroamericanos, al indicar que no se puede «cerrar los ojos a la migración».
«Y no solo se trata de tocarle la puerta al otro para decirle: ‘déjeme pasar’, sino que hay una serie de medidas, principalmente medidas de tipo económico», afirmó.
La vicepresidenta aseguró que su país tiene experiencias que pueden compartir «sobre una visión más integral en materia del abordaje de los temas de las migraciones».
«Creemos que podemos hacer dos cosas: participar tanto en los debates con opiniones que tienen que ver con una experiencia robusta que tiene el país en la región, pero también convertirnos en un cooperante, digamos en una parte allá en el sur de Centroamérica que tiene cosas que decir, que tiene prácticas que compartir», defendió al destacar la estrategia de flujos migratorios de Costa Rica.
La funcionaria consideró importante apuntar que la «migración tiene otra cara» y es la de las comunidades receptoras.
«Nosotros desde la crisis nicaragüense hemos recibido más de 70.000 solicitudes de refugio. Hago la aclaración, porque solamente en solicitudes de visa el consulado costarricense en Nicaragua recibe entre 400 y 600 solicitudes de visa por día», sentenció al aludir al flujo migratorio proveniente de su vecino.
Campbell admitió que la situación nicaragüense ha impactado no solamente en lo político, también en lo económico.
«El país fue capaz de ser tránsito de centenares de personas, miles de personas, que atravesaron Costa Rica: cubanos, haitianos, africanos, ahora una cantidad importante de asiáticos», sostuvo y pidió apoyo para atender la migración nicaragüense al argumentar que su país «no puede llevar solo sobre sus hombros la realidad de un país que está en una situación tremendamente difícil».