Washington – El papel del auditor interno ha evolucionado y ya no es un «policía» contable, sino que debe adaptarse a una «nueva realidad tecnológica» en la que los problemas son de carácter más «integral», apuntó Jorge da Silva, Auditor Ejecutivo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
«El auditor interno no actúa más como un ‘policía’, la función ha evolucionado en el tiempo», afirmó Da Silva en una entrevista con Efe en su oficina en la sede del banco multilateral en Washington, sobre el papel clásico de esta profesión.
«Lo que hago es observar controles internos, prácticas de buen gobierno y gestión de riesgos en la organización», precisó.
Da Silva, nacido en Brasil pero que ha desarrollado la mayor de su carrera profesional en Canadá, subrayó que «en el pasado los problemas eran bastante lineales; actualmente hay múltiples variables diferentes que, como auditor, tienes que conectar».
Como ejemplo citó que antes se miraban «las transacciones en sí mismas» mientras que ahora se analizan «con herramientas de análisis de datos» para observar «el cuadro completo que presenta la organización» y «dilucidar los problemas y los planteamientos que revelan».
«Se necesitan personas capacitadas para comprender los temas de una forma mucho más integral (…) Uno de los temas en los que tenemos que ser muy activos en auditoría interna es el del refuerzo de nuestra habilidad en auditar en ese ambiente tecnológico», explicó.
En concreto, destacó la importancia de encarar desafíos derivados de la ciberseguridad o el gran volumen de información que atesoran instituciones multilaterales como el BID.
Da Silva tratará estas cuestiones en el «XXIII Congreso Anual de la Fundación Latinoamericana de Auditores Internos», donde ofrecerá el discurso principal, y que se celebrará a finales de octubre en Foz de Iguazú.
«En Brasil hablaremos de que mantenerse en un «statu quo» ya no es una opción. Por todas las complejidades mencionadas no podemos estar como hasta ahora, tenemos que entender esos retos y prepararnos para añadir valor a la institución», afirmó.
Da Silva, que fue jefe auditor de la Agencia de Desarrollo Internacional de Canadá, enfatizó cómo otro de los elementos clave de la evolución de la profesión, y donde debe hacerse más hincapié, es la comunicación.
«No es un talento tradicional en los auditores, que suelen estar especializados en contabilidad; ahora tiene que ir al frente a comunicar en una manera muy diferente, en temas como análisis de datos, riesgos que aún van a llegar», sostuvo, a la vez que indicó que los miembros de su equipo cuentan con formación en áreas diversas.
En sus seis años en el cargo, Da Silva ha ampliado el rango de acción de su oficina y afirma que cada vez es más consultado por un mayor número de departamentos dentro del banco.
«Estamos rompiendo barreras de modo que auditoría interna no sea una herramienta de contabilidad sino también para que añada valor a la organización, al producto», concluyó.
El BID, fundado en 1959, es la principal institución multilateral de desarrollo de Latinoamérica y otorgó en 2017 más de 11.400 millones de dólares en préstamos. EFE