Guatemala – El Gobierno de Guatemala anunció este viernes que reforzará los controles en sus fronteras ante nuevos posibles flujos masivos de migrantes centroamericanos con destino a Estados Unidos y reiteró su apoyo para promover una migración «segura, ordenada y regular».
«Se mantendrán y reforzarán los controles migratorios y de salud en todos los puestos fronterizos», manifestó el ministro guatemalteco de Relaciones Exteriores, Pedro Brolo, en una declaración conjunta con los embajadores de México y Estados Unidos, Romeo Ruiz y William W. Popp, respectivamente.
La medida busca que se cumpla la ley, salvaguardar la seguridad y mantener los protocolos sanitarios que permitan reducir los contagios derivados de la covid-19, de acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores.
El canciller hizo un llamamiento a los «países amigos» para “demostrar con hechos que no se tolerarán y se contrarrestará cualquier intento de conformación de flujos masivos de personas”.
“La migración irregular agrava de manera exponencial los peligros a lo largo de las rutas migratorias; crea mayor vulnerabilidad de este sector de la población promoviendo el desorden y descontrol que afecta gravemente la seguridad colectiva”, advirtió.
Según el jefe de la diplomacia guatemalteca, los grupos que migran de manera irregular están constantemente expuestos a «vejámenes y transgresión de sus derechos humanos al ser potenciales víctimas de tráfico y trata de personas”.
Brolo agradeció a México y Estados Unidos el acompañamiento y apoyo que dan a Guatemala para mantener una migración segura, ordenada y regular, y sostuvo que los tres países están «uniendo esfuerzos para combatir de manera efectiva las causas que generan la migración irregular”.
El canciller agradeció también el apoyo de varias de las agencias de las Naciones Unidas con las que mantiene «un diálogo fluido» para «abordar de manera integral este fenómeno de la migración, proveyendo insumos, así como transporte para retornar de manera segura a estas personas a sus países de origen”.
Más de 9.000 hondureños salieron en caravana la semana pasada desde diferentes puntos de su país con la finalidad de llegar a Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida.
Sin embargo, un grupo compuesto por 6.000 migrantes fue disuelto por la fuerza por agentes de la Policía Nacional Civil de Guatemala en una carretera del departamento de Chiquimula, en el este del país, con lo que frustró su paso a México.
De acuerdo con las autoridades migratorias, más de 4.500 centroamericanos, en su mayoría hondureños, fueron retornados a sus respectivos países entre el 14 y 20 de enero por haber ingresado de forma irregular a territorio guatemalteco.