Washington – El presidente, Joe Biden, enviará a funcionarios de «alto nivel» de su Gobierno a la frontera con México, para abordar la creciente llegada a territorio estadounidense de inmigrantes menores de edad que viajan solos, anunció este viernes la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
«El presidente Biden ha pedido a los miembros de alto nivel de su equipo que viajen a la región fronteriza, con el fin de proporcionarle un informe completo en la respuesta del Gobierno a la afluencia de menores no acompañados», aseguró Psaki durante su conferencia de prensa diaria.
La funcionaria, que no abundó en detalles sobre la fecha de la visita o quiénes participarán, indicó que los funcionarios también harán una «evaluación de los pasos adicionales que se pueden tomar para garantizar la seguridad y el cuidado de estos niños».
Sin precisar cifras o datos oficiales sobre la ocupación de las instalaciones destinada a atender a las personas inmigrantes, Psaki admitió que se trata de un «desafío que estos niños no acompañados crucen la frontera» e indicó que la Administración de Biden se está preparando para este flujo migratorio.
Medios locales han encendido las alarmas sobre la tendencia creciente en el ingreso al país de inmigrantes indocumentados, principalmente menores solos, en las últimas semanas, que ha coincidido con la llegada a la Casa Blanca de Biden, quien ha revertido gran parte de las medidas antiinmigrantes de su predecesor, Donald Trump.
El diario The Washington Post reveló este jueves que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) planea convertir los centros de detención de inmigrantes en el sur de Texas en lugares para procesar rápidamente a familias migrantes que hayan cruzado de forma irregular la frontera y liberarlas en las siguientes 72 horas.
Pese a que los funcionarios de Biden han advertido de que la frontera con México continúa cerrada y que no es el momento para tratar de llegar a territorio estadounidense, diversos sectores anticipan que se dispare el flujo de inmigrantes debido a los efectos de la pandemia y de fenómenos naturales como los huracanes Eta e Iota, que impactaron a Centroamérica y algunas zonas de Colombia y México.
En 2019, durante la Administración de Trump, las autoridades estadounidenses detuvieron a un total de 851.508 personas, entre ellos 76.020 menores de edad, tras cruzar de manera irregular la frontera.
Mayo de ese año marcó un récord de detenciones, con 132.856 casos.
A raíz de esa situación, Trump declaró una emergencia en la frontera e implementó medidas como la separación de familias y la devolución de los solicitantes de asilo a México, bajo los Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, en inglés), que Biden ha empezado a desmontar.
Como parte de la respuesta a la pandemia del coronavirus, el Gobierno de Trump aplicó igualmente el denominado «Título 42», que autoriza a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) a devolver a través de la frontera a migrantes que hayan entrado de forma irregular al país, sin darles la oportunidad de solicitar asilo o protección.