Tucson (EEUU) – Ante las fuertes medidas de seguridad en la frontera méxico-estadounidense en California por la llegada de los migrantes centroamericanos, cientos de indocumentados optan por cruzar a diario la frontera por el desierto de Arizona y entregarse a la Patrulla Fronteriza.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de EEUU informó hoy que un promedio de 100 a 200 inmigrantes indocumentados centroamericanos entran ilegalmente al país diariamente y que se entregan de forma voluntaria a agentes en el Sector de Yuma (Arizona) para pedir asilo.
La agencia federal indicó en su cuenta de Twitter que casi todos ellos forman parte de unidades familiares que llegan con la «esperanza» de ser dejados en libertad dentro del país.
CBP publicó un video en el que se puede ver, caminando a través de un puente sobre el río Colorado, a un grupo de inmigrantes, alguno de los cuales con niños de la mano, para después entregarse a las autoridades estadounidenses.
El Sector de Yuma es el siguiente punto de entrada después de la frontera de California, donde actualmente miles de inmigrantes aguardan en Tijuana y la vecina Mexicali la oportunidad de solicitar asilo político en los EE.UU.
Y es en California donde se concentra la atención política y mediática desde la llegada a la frontera de los centroamericanos que formaban parte de las caravanas, lo que llevó al Gobierno a reforzar en los últimos días la presencia de soldados del Ejército que fueron enviados para evitar el cruce de estos indocumentados.
Junto a la presión que supone la presencia de la caravana en Tijuana, donde se han registrado momentos de tensión entre los ciudadanos de la ciudad por su presencia, y la espera de varias semanas que se prevé deberán soportar los que quieran solicitar asilo, se une el temor a que las leyes se pongan también en contra.
A comienzos de este mes, el mandatario estadounidense Donald Trump emitió una proclamación presidencial por la que solo los que entren legalmente al país por los puertos de entrada pueden pedir asilo, en una medida paralizada por un juez federal, pero que podría desbloquearse en los próximos días en los tribunales.
Marla Pacheco, de la Coalición de los Derechos Humanos en Arizona, reconoció a Efe que hay «temor» entre los migrantes de que, de pronto, les nieguen la posibilidad de pedir asilo nada más cruzar la frontera lejos de los puertos de entrada oficiales.
Por este motivo, cree que aquellos que deben esperar semanas en los puertos de entrada, soportando «hambre y frío junto a sus hijos», pueden comenzar a «desesperarse» y buscar formas y caminos más peligrosos para cruzar la frontera, como el desierto de Arizona.
El alto número de indocumentados cruzando la frontera de Arizona está obligando a la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) a liberar en los últimos días a grandes grupos de personas, especialmente a los que viajan con niños, bajo la promesa de que se presentarán a su audiencia en una corte de inmigración.
Magdalena Schwartz, pastora religiosa en Mesa, dijo hoy a Efe que tan solo en las últimas dos semanas han recibido a mas de 700 inmigrantes que han sido liberados por ICE.
Schwartz, quien trabaja con una red de once iglesias de la región, aseguró que desde mediados de octubre han asistido a 2.500 familias, para un total de más de 5.000 inmigrantes.
Albergues para inmigrantes en otras ciudades del estado también están operando a su máxima capacidad y este miércoles un centenar de inmigrantes centroamericanos fueron liberados por ICE en una estación de autobuses en Phoenix, mientras que a otros 70 les ocurrió lo mismo en Tucson, las dos principales ciudades de Arizona.
«Esta es gente que quizás entró por la garita o por el desierto, pero que fueron procesados por la Patrulla Fronteriza y su proceso de asilo ya está en marcha», dijo Schwartz, quien indicó que la gran mayoría de estos inmigrantes provienen de Guatemala.
Activistas y organizaciones que trabajan con los inmigrantes esperan que este flujo continúe mientras la Administración del presidente Trump no aumente los recursos en los puertos de entrada para acelerar el proceso de análisis de las solicitudes de asilo.