Tegucigalpa – Las deportaciones a Honduras desde Guatemala, Estados Unidos y México cayeron un 24.2 % en el primer trimestre de 2021, con relación a 2020, según un informe divulgado este miércoles por el Observatorio Consular y Migratorio del país centroamericano.
De acuerdo a cifras oficiales, en los primeros tres meses de este año fueron deportados a Honduras 13,139 inmigrantes hondureños, mientras que en el mismo período de 2020 lo fueron 17,331.
Del total de hondureños retornados en el citado lapso, las autoridades migratorias de Estados Unidos deportaron 1,620, entre ellos quince menores de edad.
México retornó a Honduras, por vía aérea, a 152 hondureños indocumentados, incluidos 18 menores, muchos de ellos no acompañados, detalla el informe.
Otros 11,166 hondureños, incluidos 766 menores de edad, fueron deportados también por las autoridades mexicanas vía terrestre, mientras que 201 nacionales fueron repatriados desde Guatemala.
Los hondureños retornados son atendidos en los Centros de Atención al Migrante Retornado (CAMR) ubicados en San Pedro Sula y Omoa, en el norte y Caribe del país.
En Estados Unidos, según autoridades de Tegucigalpa, viven alrededor de un millón de hondureños, entre residentes legales e indocumentados, que han escapado de situaciones como la violencia.
La migración irregular a Estados Unidos desde El Salvador, Guatemala y Honduras, países que integran el Triángulo Norte de Centroamérica, se ha incrementado los últimos años por la violencia y los altos niveles de pobreza que afectan a esos países.
Desde octubre de 2018 han salido varias caravanas con miles de centroamericanos, la mayoría hondureños, con el propósito de llegar a Estados Unidos.
Alrededor de 400 hondureños intentaron salir la semana pasada de Honduras como parte de una caravana con rumbo a Estados Unidos, pero en su mayoría fueron retenidos por las autoridades de Guatemala.
Como en otras caravanas, los migrantes adujeron que pretendían abandonar su país por la falta de empleo y la violencia, flagelos que se han agudizado por la crisis causada por la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 y los daños de las tormentas tropicales Eta e Iota, en noviembre pasado.