Ciudad del Vaticano.- El papa Francisco acudió hoy por sorpresa a dos centros en la periferia de Roma que se ocupan de ayudar a enfermos sin recursos, retomando las visitas conocidas como los «viernes de la misericordia».
Mientras en la plaza de San Pedro se preparaba la ceremonia para la inauguración del Belén y el encendido del árbol, Francisco salió del Vaticano en coche hacia el barrio de Trigoria, en la periferia de la capital, para una visita al centro «CasAmica Onlus, donde pueden residir personas enfermas que necesitan cuidados médicos continuos y sus familias y que se encuentran en dificultades económicas muy graves, informó en una nota el Vaticano.
La visita no había sido anunciada y el papa llamó a la puerta normalmente ante la sorpresa del personal y de los enfermos.
Según el comunicado del Vaticano, Francisco jugó con algunos de los niños que se alojan en esta residencia e intercambió algunas palabras con los enfermos.
Ha podido conocer la historia algunos niños que sufren enfermedades oncológicas y que se alojan en este centro con sus padres para poder acudir a los hospitales romanos.
El papa regaló algunos dones natalicios a las familias de este centro y después visitó el centro de la comunidad terapéutica de rehabilitación «Il Ponte e l’Albero» en el barrio Laurentino, donde se asiste a doce jóvenes con problemas mentales cuyas condiciones familiares no han hecho posible los cuidados médicos necesarios.
Francisco llegó andando al centro, subiendo a pie los dos empinados tramos de escaleras para llegar a los famosos «puentes» de este barrio degradado de la periferia de Roma y sorprendió a los jóvenes en una de sus actividades.
Estos jóvenes habían escrito una carta al pontífice en la que contaban su difícil situación y le pedían una visita.
Jorge Bergoglio respondió a las preguntas de algunos de estos chicos y chicas y les regaló un «panettone», un dulce típico italiano de la Navidad, de 10 kilos para estas fiestas.
Con estas visitas, el papa argentino retomó los llamados «viernes de la misericordia», en los que el realiza una visita privada sin previo aviso una vez al mes y que comenzó durante el Jubileo de la Misericordia que se celebró en 2016.