Madrid – La final de la Copa Libertadores que el River Plate y el Boca Juniors disputarán en el estadio Santiago Bernabéu no solo enfrentará a dos de los equipos con mayor peso de Sudamérica sino también a entidades que se han convertido en referencia cuando se trata de hablar del fútbol de cantera.
Las categorías inferiores de los dos conjuntos bonaerenses son un auténtico semillero de grandes jugadores. Algunos de ellos estarán en la cita, bien porque están dando sus primeros pasos en el profesionalismo o bien porque han retornado al lugar del que salieron después de hacer carrera en otros lugares.
Entre estos últimos hay casos como los de Fernando Gago, Carlos Tévez o el portero Germán Lux. Más jóvenes y recién aterrizados en el primer equipo, pero no por ello menos importantes, son otros como Exequiel Palacios.
Todos comparten valores inculcados en su etapa formativa al igual que otros que hicieron las maletas para iniciar aventuras lejos de Argentina, guardando en ellas lo aprendido tiempo atrás cuando eran jóvenes.
Un ejemplo es el del defensa central Ezequiel Muñoz, actualmente en las filas del Leganés y que tiene en su ADN aquello que le dejó su paso por el Boca Juniors: «Cuando di el salto a Primera tenía diecisiete años. Uno se va dando cuenta de qué significa Boca Juniors con el paso de los años. No me lo podía creer».
«Pasé de las inferiores a la reserva y de ahí al primer equipo, fue todo muy rápido. Me hubiese gustado vivir de otra manera el mundo Boca, estar más tiempo, ganar un campeonato y después irme a Europa. Pero las circunstancias se dieron así, a los diecinueve años me fui a Europa y no me arrepiento de nada», comenta en declaraciones a EFE.
Entre aquello que heredó como ‘xeneize’ está la capacidad de sacrificio: «Aprendí más que nada a que por esa camiseta hay que dejarlo todo. Sin sacrificio no se logra nada, es lo que me pasó a mi un poco cuando era pequeño. Tenía que estar lejos de mi familia y eso te hace crecer no solo como jugador sino también como persona».
«El trabajo que se hace es perfecto. Se trata de una de las mejores canteras del país y no sé si del mundo. Sacan muchos jugadores que van a Primera directamente de la cantera y luego saltan a Europa. Eso habla del trabajo que se hace allí», señala.
Menos tiempo estuvo Fede Varela, centrocampista del Rayo Majadahonda, de la Segunda División española, en el River Plate. Pese a ello lo hizo en una etapa fundamental del desarrollo, cuando empezaba a dar patadas al balón. Luego se desplazaría hasta España con su familia aunque guarda un buen recuerdo de lo allí adquirido.
«La manera de vivir el fútbol, de sentir. La pasión. Eso no se me va a olvidar. En el River Plate se vive todo como si estuvieras en una familia. Todos se apoyan. Eres feliz porque sales de casa y vas contento a entrenar, vas a hacer lo que más te gusta y en un ambiente de familia. Es muy lindo», manifiesta a EFE.
«Deportivamente, lo están haciendo muy bien. Cuando vienen a Europa a jugar contra equipos de otros países compiten. Siempre están arriba, siempre salen adelante. Están haciendo muy bien eso tanto unos como otros», apunta.
Son muestras de un éxito al que aspiran otros muchos jóvenes que evolucionan cada día a la sombra del primer plantel, soñando con devolver en el futuro sobre el verde todo aquello que han recibido por el camino.