Ciudad de México – La caravana conformada por miles de migrantes que salió hace tres días desde la fronteriza ciudad de Tapachula, en el suroriental estado de Chiapas, con destino a la capital, avanza este lunes a paso lento rumbo a la localidad de Huixtla.
Este éxodo migratorio, conformado por un estimado de unas 4,000 personas, es la quinta caravana que busca salir de Chiapas en los últimos meses.
En esta ocasión buscan llegar primero a la Ciudad de México, donde esperan poder realizar trámites que les permitan transitar regularmente por todo el país en las oficinas del Instituto Nacional de Migración (INM) de la capital.
Los migrantes, en su mayoría centroamericanos y haitianos, salieron de Huehuetán a las 6 de la mañana tras llegar a este municipio en la tarde noche del domingo.
Antes de salir de esa localidad los extranjeros realizaron oraciones para encomendarse a Dios y pedir al Gobierno mexicano que sea sensible con las mujeres y niños que viajan.
Los miles de migrantes tomaron sus maletas, banderas de sus países, mantas, maletas, carriolas (carritos de bebé) y empezaron a andar los más de 18 kilómetros del tramo comprendido entre Huehuetán y Huixtla.
Pese a que muchos avanzan unidos, varias decenas de personas se distanciaron en grupos pequeños frente al grueso de la caravana, sin poder atender a las mujeres y niños que caminan lentamente.
«Nos duelen los pies, hay muchos riesgos y tememos que nos pase algo, viajo con mi niño y mi vecina que lleva 8 niños y les tengo que ayudar», aseguró a medios la migrante Ingrid López originaria de Guatemala.
Ludi y Josué son una pareja de hondureños que han salido de su país para ir a la frontera norte, buscar nuevas oportunidades de vida y olvidar la inseguridad, la corrupción y la pobreza en su país.
Ludi empujaba la carriola de su hijo mientras caminaba sobre esta carretera costera y con la ilusión de llegar a su próxima parada, Huixtla, en esta caravana que salió el pasado sábado de Tapachula y apenas ha avanzado unos 40 kilómetros.
El camino hasta la capital es de más de 1,100 kilómetros.
Josué, esposo de esta migrante hondureña, señala que no le temen a los operativos de las autoridades mexicanas que pudieran encontrarse ya que tienen su objetivo bien marcado: Llegar a la frontera norte.
Esta familia, al igual que las miles personas que viajan en este éxodo por las carreteras de Chiapas, han emprendido la travesía ya que no pudieron resolver sus trámites administrativos en Tapachula, donde las autoridades están sobrepasadas.
El activista Luis Rey García Villagrán, del Centro de Dignificación Humana, insistió al Gobierno mexicano que se brinde atención a los miembros de esta caravana sobre todo por los niños y mujeres migrantes, ya que no pueden seguirse arriesgándose en una caminata tan larga.
Esta nueva caravana se puso en marcha luego de que en los primeros días de septiembre, las autoridades mexicanas frustraron el avance de cuatro caravanas de migrantes que partieron precisamente desde Tapachula.
Entonces, varias agencias de la ONU y ONG criticaron el uso de la fuerza en los operativos para desintegrar dichas caravanas.
El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, aseguró este lunes que el Gobierno actuará con «prudencia» ante la nueva caravana de migrantes que partió del sur de México y tiene como destino final Estados Unidos, aunque puntualizó que Washington no les dejará pasar la frontera.
Creciente ola migratoria
La región vive una ola migratoria sin precedentes desde comienzos de año, con un flujo histórico de 147,000 indocumentados detectados en México de enero a agosto, el triple de 2020.
Además, las cifras de arrestos en la frontera de Estados Unidos con México alcanzaron en el pasado año fiscal cifras nunca vistas hasta ahora, con más 1.7 millones de inmigrantes detectados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Otro ejemplo de esta creciente ola migratoria es que las autoridades mexicanas interceptaron en las últimas horas a casi 200 migrantes indocumentados en Querétaro y Guanajuato, estados del centro del país, que viajaban en autobuses.
El secretario de la Defensa Nacional de México, Luis Cresencio Sandoval, detalló la semana pasada que existen más de 28,600 efectivos de las Fuerzas Armadas desplegados en la frontera norte y sur, que han detenido a cerca de 33,700 migrantes en el último mes.