Pekín.- La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, confirmó hoy por primera vez que Estados Unidos cuenta con presencia militar en la isla «para entrenar a las tropas taiwanesas», algo que China describió como una «provocación» y una «amenaza contra la paz» por parte de Washington.

En una entrevista con la cadena estadounidense CNN de la que se hicieron eco los medios taiwaneses, Tsai respondió «sí» a la pregunta: «¿El apoyo de EE.UU. incluye militares para entrenar a las tropas taiwanesas?».

Asimismo, la mandataria añadió que existe una «amplia gama de cooperación» con EE.UU. para «aumentar la capacidad de defensa» de Taiwán, pero evitó precisar el número exacto de efectivos estadounidenses en el país, limitándose a decir que son «menos de los que se cree».

El ministro de Defensa de Taiwán, Chiu Kuo-cheng, intentó matizar las palabras de la presidenta, al asegurar que Tsai «no ha dicho que hubiese un destacamento militar estadounidense en la isla», definiendo la presencia de efectivos de EE.UU. como «personal en intercambio».

Sea como fuere, Pekín, por medio del portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores Wang Wenbin, declaró que las acciones independentistas en la isla «no pueden cambiar el hecho irrefutable de que Taiwán es parte de China».

Además, avisó a las autoridades de la isla -que se gobierna de manera autónoma desde 1949, pero cuya soberanía reclama Pekín- de que «la búsqueda de la independencia es un callejón sin salida», al tiempo que instó a Washington a actuar «bajo el principio de una sola China», por el cual se niega la existencia de la República de China (Taiwán) en favor de la República Popular China.

CONFUSO CRUCE DE DECLARACIONES

La afirmación de Tsai supone la confirmación de la información publicada por el diario estadounidense The Wall Street Journal a principios de mes en la que aseguraba que una veintena de miembros de las fuerzas especiales y del Cuerpo de Marines de Estados Unidos se encontraba en la isla desde hacía al menos un año para entrenar a las tropas terrestres y marítimas taiwanesas.

La semana pasada, en otra declaración poco habitual, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, declaró que su país «tiene el compromiso» de defender militarmente a Taiwán en caso de que China ataque la isla, extremo ni confirmado ni descartado en el Acta de Relaciones de Taiwán fruto del ‘statu quo’ creado en 1979, cuando Washington estableció oficialmente relaciones diplomáticas con Pekín en detrimento de Taipéi.

En esa ocasión, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, también hubo de aclarar lo dicho por su presidente, con estas palabras: «No ha habido ningún cambio. El presidente no estaba anunciando ninguna modificación de nuestra política, ni ha tomado ninguna decisión que cambie nuestra política».

Psaki reiteró que la relación entre EE.UU. y la isla en materia de defensa está regida por la Ley de Relaciones con Taiwán, a cuyos principios, entre los que se incluye ayudar a los taiwaneses a mantener «una capacidad suficiente de autodefensa», Washington seguirá adhiriéndose.

Por tanto, la intervención estadounidense en caso de que Pekín ataque sigue siendo una incógnita, pero Tsai declaró a CNN que, «dada la larga relación» entre Taiwán y EE.UU., tiene «fe en que EE. UU. defendería» la isla en ese supuesto.

UNA TENSIÓN CRECIENTE

Este mes, los líderes de la República Popular China y de la República de China reafirmaron sus posturas tradicionales: el presidente chino, Xi Jinping, vaticinó que «la reunificación puede conseguirse y se conseguirá», mientras que Tsai proclamó que «nadie puede obligar a Taiwán a tomar el camino elegido por China», la cual «no ofrece ni un estilo de vida libre y democrático para Taiwán ni soberanía para sus 23 millones de habitantes».

Todo esto en un momento en el que las fuerzas aéreas chinas han realizado incursiones récord en la zona de identificación aérea (ADIZ) de Taiwán, lo que provocó que, según el ministro de Defensa de la isla, las relaciones entre Pekín y Taipéi atraviesen «su peor momento en cuatro décadas».

Además, Tsai aseguró a CNN que la amenaza procedente de Pekín «crece cada día».

Estas tensiones repercuten en las relaciones entre China y EE.UU., que no mantiene relaciones diplomáticas formales con Taiwán, a la que sí le unen sin embargo lazos extraoficiales y a la que suministra material militar.

UNA OFENSIVA DIPLOMÁTICA

Taiwán, que en la actualidad mantiene relaciones diplomáticas formales con 15 países, se encuentra inmerso en una campaña para expandir su presencia internacional.

Su ministro de Exteriores, Joseph Wu, visitó esta semana la República Checa y Eslovaquia, y una delegación de diputados del Parlamento Europeo, liderada por el socialista francés Raphaël Glucksmann, planea visitar la isla la próxima semana.

Además, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, animó esta semana a otros países a que se uniesen a Washington «en el respaldo a la participación sólida y significativa por parte de Taiwán en todo el sistema de Naciones Unidas», y describió a la isla como una «historia de éxito democrático» y un «valioso socio» de EE. UU.

Recientemente, Xi Jinping apostó por una «reunificación pacífica» con la isla, un cambio respecto a la declaración realizada a principios de 2019, cuando dijo que no renunciaría al uso de la fuerza para recuperar la soberanía.

China considera a Taiwán una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949 tras perder la guerra civil contra los comunistas.