Londres – La organización «Save the Children» ha contabilizado más de 1.350 casos de niños refugiados que han sido obligados, en muchos casos con violencia, a apartarse de las fronteras del este europeo entre enero y noviembre de este año.
En un informe divulgado hoy, la organización no gubernamental (ONG) señala que casi un tercio de estos casos estuvo rodeado por la violencia perpetrada por la guardia fronteriza, especialmente a niños que viajaban solos o quedaron separados de sus familias.
La mayor parte de estos incidentes ocurrió en la frontera entre Croacia y Serbia, pero en Serbia también hubo niños que fueron empujados de las fronteras de Bulgaria, Macedonia, Grecia, Hungría, Rumanía y Bosnia-Herzegovina.
De acuerdo con algunos testimonios, los guardias fronterizos en el oeste de los Balcanes utilizaron gas pimienta, les quitaron los móviles, les sacaron dinero y les obligaron a quitarse ropa y calzado, mientras que otros afirmaron haber permanecido recluidos en unos centros de detención sin comida ni agua.
«La Policía húngara nos retuvo, nos obligó a sentarnos y después nos pegaron brutalmente y nos humillaron durante cuatro o cinco horas antes de empujarnos otra vez hacia Serbia. Nos tiraron agua fría, nos echaron aerosol pimienta e incitaron a los perros a que nos mordieran», dijo un niño de 14 años de Afganistán.
«La protección fronteriza se puede hacer de una manera humana sin usar la violencia», dijo Jelena Besedic, directora del área de migración en los Balcanes de «Save the Children».
«Los guardias fronterizos deberían asumir la responsabilidad y garantizar que los niños estén seguros, registrados y puedan solicitar el asilo. Una mejor vigilancia en las fronteras, ya sea por guardias fronterizos europeos u organismos humanitarios independientes pueden ayudar a prevenir incidentes violentos», agregó Besedic.
La organización afirma, además, que el número de refugiados que llegan a Europa ha disminuido al nivel más bajo desde 2007, aunque los menores aún afrontan una respuesta violenta de la Policía en las fronteras comunitarias y les resulta difícil acceder al asilo.
«Los países europeos deberían poder cuidar mejor de los refugiados y los niños migrantes. Estos niños ya afrontan unos desafíos únicos que les hacen vulnerables. Los que están en posición de autoridad no deberían intimidarles, robarles las posesiones o pegarles, deberían asegurar que están protegidos», agregó.
«Save the children» indica que ha trabajado con otra organización no gubernamental en Serbia, «Praxi», para elaborar este documento.