Tegucigalpa – El cardenal Óscar Andrés Rodríguez, advirtió durante la homilía dominical celebrada en la iglesia catedral metropolitana San Miguel Arcángel de esta capital, que la denominada “gender studies” o ideología de género está destruyendo las familias.
-El purpurado abogó por fomentar el respeto a las personas mayores y culpó a los padres irresponsables que han provocado que los jóvenes se involucren en las pandillas.
El prelado comenzó felicitando a las familias porque la familia no es simplemente una institución humana, sino que está en el corazón de Dios, es el diseño que Él quiso para todos los seres humanos.
En ese sentido, Dios no nos creó como robots en una línea de montaje, sino que quiso que viniéramos al mundo por el amor de un padre y una madre, en el seno de una familia que, siendo una institución natural, el Señor quiso hacer de ella una institución sagrada y por eso vino a este mundo y se encarnó como hombre en una Sagrada Familia de José y María.
Es por eso por lo que hoy se celebra la fiesta de la Sagrada Familia y de todas las sagradas familias que se han hecho tales por el sacramento del matrimonio que no es una ceremonia ni un rito ni es motivo de una fiesta, sino que es la consagración que Jesucristo hace de un hombre y una mujer que quieren formar un hogar a través del sacramento, a través de un camino de gracia y de amor, acotó.
“Hoy démosle gracias al Señor por todas las familias, por todas las sagradas familias, por todas aquellas que están en camino de formarse; cuánta juventud dice vamos a emprender un camino de noviazgo, un camino de conocernos para ver si estamos preparados para formar una familia”, refirió el purpurado.
Añadió que hoy día como todas las instituciones, la familia está bombardeada por ideologías que sutilmente van llegando a destruirla como es la llamada “gender studies” o “ideología de género”, que en el fondo no tiene más que la finalidad de hacer que la familia se destruya y llegue a ser simplemente algo del pasado.
“Sin familia no tendremos nuevas generaciones educadas en valores para poder construir una sociedad fraterna, justa, para poder construir mejores países, por eso es tan importante concluyendo el tiempo de la navidad que hoy reflexionemos sobre los valores de la familia para que podamos educarnos mutuamente todos, que sepamos construir una gran familia que es la madre iglesia, el Señor Jesús quiere que la iglesia sea una gran familia donde podamos vivir como hermanos todos”, subrayó.
Apuntó que la palabra de este domingo nos cuestiona y el antiguo testamento señalaba unos valores y destaca especialmente el valor del respeto a los mayores. “Hijo respeta a tu padre y a tu madre, aunque chochee y esto algunas veces a uno le da hasta risa, hay es que mi papá ya está chocho, está diciendo cositas, ya no le entendemos, está perdiendo la memoria o la mamá hay si le tengo paciencia, y la quiero mucho, pero que necia se me ha vuelto”, cuestionó.
En ese sentido, enfatizó que la edad no tiene que ser motivo de irrespeto sino al contrario, y en nuestra cultura gracias a Dios todavía no nos estorban los ancianitos, todavía les tenemos veneración y cariño porque en otras culturas tristemente se han vuelto objeto de desprecio y los van a poner en un asilo y una vez al año se les visita.
“Aquí nuestros abuelitos y abuelitas son héroes, cuántos padres de familia han tenido que emigrar en busca de mejores condiciones económicas y quién queda cuidando de los niños, los abuelos que ya no están para esos trajines, que ya con la edad disminuye la fuerza y la capacidad de poder atender, pero ahí están al pie de la bandera y son heroicos”, señaló.
Refirió que el papa Francisco constantemente nos dice que no despreciemos a nuestros ancianito y abuelos porque gracias a ellos tenemos el regalo más grande que es la fe que es la riqueza más grande de un ser humano, pero como la jerarquía de valores muchas veces se encuentra trastocada y puesta al revés y entonces mucha gente dice yo quiero dejarles a mis hijos una buena posición económica y si no siembras los valores de la fe, esa posición económica no va a servir para nada porque aquellos que reciben lo que no han luchado simplemente lo derrochan y lo pierden, lo más grande en la familia es saber sembrar valores y todas esas virtudes que alude la segunda lectura de San Pablo a los colosenses.
Esas virtudes incluyen la comprensión, el perdón, el diálogo entre las familias, el respeto mutuo y el nunca ofenderse y eso es verdaderamente la fiesta de la Sagrada Familia y el motivo para dar primeramente gracias a Dios por la familia en que nos tocó nacer y vivir con sus luces y con sus sombras, con sus cosas positivas y negativas porque no son familias de ángeles sino familias de seres humanos y como tales tenemos valores y cosas menos valorizadas.
En segundo lugar, enumeró proyectar hacia el futuro porque se han tenido tristemente problemas cuando hay familias que se ha deshecho por el divorcio, pues ahí no terminó todo, siempre hay un camino para seguir adelante, hay familias que están con problemas, discuten, se pelean y dicen ya nos vamos a divorciar, alto piensen que los valores no se deben destruir, siempre hay posibilidad de rehacerlo, viviendo los valores de perdonarse y seguir adelante.
Reseñó que el evangelio refiere que Jesús cuando tenía 12 años les dijo a sus padres por qué lo buscaban sino sabían que él debía estar en la casa de su Padre y son esas palabras las que nos revelan su unión con Dios Padre, esto nos enseña que los niños desde pequeños deben ser acompañados por sus padres, no a la fuerza sino a través del ejemplo, porque se tiene necesidad de Dios.
Jesús iba creciendo en edad, en sabiduría y en gracia delante de Dios y de los hombres, camina como cualquier niño hacia la madurez personal y esa es la tarea de cualquier ser humano, ir creciendo cada día liberando las riquezas de la vida espiritual, lo que cada uno de nosotros es en profundidad hacia la plenitud de la vida, resaltó el líder religioso quien acotó que Jesús aprendió a caminar por la vida en el seno de una familia con el amor de un padre y una madre y ese es el proyecto de Dios.
“Cuánta juventud anda desviada en pandillas y si vamos a examinar un poquito el fondo, no tuvieron familia, fueron abandonados, crecieron en la calle, por qué los culpamos a ellos, hay que culpar a padres irresponsables que le trajeron a esta vida sin saber que la vida es un camino que hay que recorrer juntos, tenemos que madurar en el seno de una familia con el amor de un papá y una mamá”, señaló el prelado.
En ese sentido, pidió cuestionarse si se está educando a las nuevas generaciones en una vida superficial sin valores, sin referencias, sin solidaridad, sin sentido, y a pesar por la situación difícil que atraviesan muchas familias, siempre debe seguir siendo un valor para las relaciones humanas desde la libertad y desde la gratuidad, favoreciendo el crecimiento personal, social y religioso, la familia como escuela de amor, como escuela de amistad, escuela de gratuidad.