Washington – La deuda de más de 70 países de bajos ingresos aumentó un 12 % en 2020, hasta un récord de 860.000 millones de dólares, debido a la repuesta fiscal y monetaria desplegada para encarar la pandemia de covid-19 y supone un «trágico retroceso» en el desarrollo de esos países, alertó este lunes el Banco Mundial.
El auge del pasado año se suma al 9 % que ya habían registrado previamente en 2019, lo que agrava la situación de vulnerabilidad de las cuentas públicas en esos países, gran parte de los cuales se encuentran en África.
En este sentido, el presidente del BM, David Malpass, aseguró en una rueda de prensa telefónica que es necesario «un enfoque integral del problema de la deuda», que incluya «la reducción del endeudamiento, una reestructuración más rápida y una mayor transparencia».
Malpass remarcó que, según los datos del organismo que preside, el problema de la desigualdad económica seguirá agravándose ya que los ingresos medios per cápita en los países avanzados ascenderán un 5 % frente al 0,5 % de media en los países en desarrollo.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el BM, junto con el G20, han aprobado una moratoria en el pago de intereses por parte de estos economías de bajos ingresos, pero esta medida tiene pocos efectos ya que es limitada y expira a finales de 2021.
En total, las entradas netas de los países de ingreso bajo y mediano provenientes de acreedores multilaterales ascendieron a 117.000 millones de dólares en 2020, el nivel más alto en una década.
Según las estimaciones del BM, el coronavirus ha «empujado a casi 100 millones de personas a la pobreza extrema», sobre todo en países en desarrollo, después de «décadas de disminución constante».
El FMI y el BM celebran esta semana en Washington su asamblea anual, de nuevo en formato virtual por la pandemia, y que estará centrada en la recuperación económica, el acceso a las vacunas para los países en desarrollo y el impulso de políticas económicas para encarar la crisis climática.