Tegucigalpa– La violencia estructural, las condiciones económicas y de inseguridad, además de la corrupción generalizada y la impunidad, «obliga» a miles de centroamericanos a migrar hacia Estados Unidos, expresaron en Honduras representantes de la Iglesia católica.
Esos factores adversos «debilitan las posibilidades de construir sus proyectos de vida en su país de origen», subraya una declaración de los obispos, secretarios ejecutivos de pastoral de movilidad y laicos que trabajan en las fronteras del sur de México y de países del norte de Centroamérica, quienes se reunieron durante tres días en Valle de Ángeles, unos 20 kilómetros al este de Tegucigalpa.
En el encuentro, para abordar el tema migratorio, también participaron un representante de la sección de migrantes del Vaticano y obispos de Estados Unidos.
Los religiosos señalaron que «hay una responsabilidad compartida entre los Gobiernos de los países de Centroamérica y Estados Unidos en cuanto a las políticas económicas implementadas, que han contribuido al debilitamiento de los Estados y sus impactos lo sufren las personas obligadas a migrar en busca de mejores condiciones de vida».
AUMENTAN CASOS DE NIÑOS Y NIÑAS MIGRANTES NO ACOMPAÑADOS
Indicaron además que la migración es una crisis compleja regional que requiere respuesta pronta de manera articulada desde los Estados, la sociedad civil, la iglesia y otros actores.
El informe, «Migración en fronteras, preocupaciones y propuestas de la iglesia», fue presentado a la prensa en la capital hondureña por la Red Clamor.
Según el documento, a causa de la pandemia de la covid-19, el cierre de fronteras y los efectos de los huracanes que afectaron a varios países de Centroamérica en 2020, «se agudizó la presencia en las rutas migratorias de niñas y niños no acompañados, mujeres embarazadas y núcleos monoparentales».
Además, «no hay una respuesta efectiva y articulada de los gobiernos para atender las causas estructurales que subyacen en las razones para la migración, y tampoco se preocupan por atender las deportaciones masivas que incumplen los protocolos para un retorno con dignidad».
Los representantes de la iglesia demandaron la aplicación de políticas migratorias que respeten la dignidad de las personas, el derecho a la protección internacional y la no separación de la familia por parte de los gobiernos de Centroamérica México y Estados Unidos.
«Manifestamos nuestra oposición a los mecanismo de devolución exprés como consecuencia de la aplicación del título 42 y la política ‘Quédate en México’, que aplica la administración Biden-Harris», señala el comunicado.
Entre los religiosos que participaron en la reunión figuran el obispo de Zacatecoluca, El Salvador, Elías Samuel Bolaños, y el secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Pastoral de Movilidad Humana de Guatemala, Matteo Luison.
Por Honduras, entre los obispos participó Ángel Garachana, quien además es el presidente de la Conferencia Episcopal del país centroamericano.
Entre otras cosas, los religiosos urgieron a los gobiernos de Centroamérica y México a dar una respuesta humanitaria, rápida y digna a la emergencia provocada por las políticas de contención y criminalización contra los migrantes.
Además, reiteraron su compromiso de promover incidencia con los gobiernos de la región, México y Estados Unidos, para abordar las causas estructurales de la migración.
El vicario general de la Diócesis de Santa Rosa de Copán, Honduras, German Rolando Navarro, dijo a Efe que también hay preocupación por el aumento de migrantes de otros países, en su mayoría haitianos.
«Nos está preocupando porque prácticamente, como un lugar de tránsito, Honduras no estaba como focalizada en esa situación hasta este año. Nos hemos convertido en un país de tránsito», agregó Navarro, al referirse a que muchos haitianos están ingresando a Honduras por regiones que no han sido pasos migratorios.
Según el informe, diariamente entre 500 y 600 hondureños abandonan su país, la mayoría con la idea de llegar a Estados Unidos.