Cracovia (Polonia).- El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, reclamó un endurecimiento de las sanciones comerciales contra Rusia, que a su juicio no resultan efectivas, y pidió ayuda para atender la llegada de refugiados de Ucrania.
En una rueda de prensa conjunta con la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, Morawiecki afirmó que, en su opinión, las sanciones que ya están en vigor «han dejado de funcionar, prueba de lo cual es el tipo de cambio del rublo, que ha recuperado el nivel anterior a la agresión contra Ucrania».
Desde el punto fronterizo de Otwock (este), donde llegan cada día miles de refugiados, el jefe del Ejecutivo polaco agradeció su apoyo a Metsola, de visita oficial en Polonia tras completar un viaje a Kiev.
«Además de las sanciones también necesitamos dinero real, nuevos fondos europeos, para poder ayudar a las personas (que están) aquí y darles la posibilidad de tener una vida normal», declaró el líder polaco.
Tras recordar que la guerra ha desplazado a unos cuatro millones de personas fuera de Ucrania, de los cuales casi dos y medio han llegado a Polonia, Morawiecki afirmó que «algunos líderes europeos ya están hablando de volver a la normalidad, porque están siendo presionados por las grandes empresas».
No obstante, aseguró, «no habrá vuelta a la normalidad si Ucrania no mantiene su soberanía».
Según Morawiecki, el presidente ruso, Vladímir Putin, «ha prendido fuego a toda Ucrania y Europa todavía se pregunta si será suficiente con un extintor de incendios», pero «si Europa se muestra débil será humillada, quedará indefensa», concluyó.
El Gobierno polaco anunció recientemente un plan para «desrusificar» su economía y las importaciones de energía y Morawiecki avanzó el miércoles que Polonia haría «todo lo posible» para poner fin a las importaciones de carbón de Rusia en mayo y dejar de comprar petróleo ruso antes de fin de año.
Además de exigir a la Unión Europea (UE) que introduzca un impuesto a los hidrocarburos rusos, el primer ministro polaco pidió hace pocos días que, en vez de congelar los bienes de oligarcas rusos, se confisquen sus propiedades y se emplee ese dinero «para ayudar en la reconstrucción de Ucrania.