Denver (CO) – Cinco años de marihuana recreativa legal en Colorado han dado alas a un grupo de residentes de la capital, Denver, para soñar con una ciudad donde cultivar y consumir hongos alucinógenos no sea un delito.
Los promotores de la Iniciativa Psilocibina Denver han consumado con notable éxito un primer paso hacia ese Eden, como es superar con creces el número de firmas necesarias para poder someter la cuestión a consulta popular en las elecciones locales de mayo próximo.
Esta semana, representantes de la iniciativa presentaron ante la División Electoral de Denver más de 8.000 firmas de respaldo (solo se requieren 4.726 válidas) para preguntar al votante si está de acuerdo con despenalizar el consumo y posesión de hongos alucinógenos, clasificados por el Gobierno federal como una «droga ilegal».
«¿Por qué no ahora y por qué no en Denver?», se preguntó en declaraciones a Efe Kevin Matthews, promotor de la campaña que busca convertir a la capital de Colorado en la primera ciudad estadounidense que legalice los hongos con psilocibina, el componente psicoactivo presente en más de 200 especies de setas.
«Denver es una metrópolis robusta, abierta y progresista que históricamente ha sido una ciudad líder en Estados Unidos en cuanto a reformas de leyes sobre drogas», recalcó Matthews, que recordó que aun cuando las agencias federales califican como ilegal a la marihuana se pudo legalizar en 2012 su consumo recreativo en Colorado.
El promotor defiende el potencial de los hongos con psilocibina como método alternativo para terapias contra la depresión o desordenes mentales, que pueden resultar más efectivos que el «enfoque farmacéutico tradicional».
«Se estima que uno de cada seis estadounidenses toma medicamentos psiquiátricos, y vemos en todo el país una evidente epidemia de abuso de medicamentos recetados», resaltó Matthews.
Los defensores de las propiedades curativas de los hongos, así como de su capacidad para expandir la consciencia, aluden a diversos estudios científicos para sustentar los beneficios del cultivo.
De igual manera, surgen conocidos nombres en esta materia como el psicólogo clínico estadounidense Timothy Leary, quien en la década de 1960 condujo experimentos a base de LSD en la Universidad de Harvard, de la cual luego fue expulsado, o al etnobotanista Terence McKenna, quien lanzó la hipótesis de que el tránsito del Homo erectus al Homo sapiens pudo suceder por el consumo de psilocibina.
«Nadie debería enfrentar cargos criminales o ir a la cárcel, y potencialmente perder su familia y su empleo, por una sustancia que ocurre naturalmente, que tiene beneficios médicos y que no es adictiva», alegó Matthews.
El promotor, que describe los hongos alucinógenos como «medicina de fuente abierta» y «transformativa», confía en que tras la marihuana habrá luego una «reintegración responsable» de las setas «a nuestra cultura» a través de dispensarios o paneles de expertos.
Pero para que sea aceptado «el nuevo paradigma sobre los hongos», además de nuevas investigaciones científicas será necesaria, dijo, una campaña de educación pública, similar a la que Colorado implementó con respecto a la marihuana recreativa.
«Nos complace tener el privilegio, la oportunidad y la responsabilidad de lograr que algo que antes era tabú sea ahora un tema de debate público», defendió Matthews, quien además se confesó honrado del «abrumador respaldo» que ha recibido la iniciativa que encabeza.
Los promotores deberán esperar primero la positiva verificación de firmas y luego los resultados de las elecciones del 7 de mayo para descubrir qué recepción recibe la propuesta.
Por lo pronto, saben que no son los únicos. En diciembre pasado, la llamada Sociedad de Psilocibina de Oregón (noroeste de EE.UU.) inició una campaña para incluir también en las papeletas de votación de 2020 una propuesta para legalizar los hongos psicodélicos en ese estado.
«Estamos en un momento único y crítico en la Historia de nuestra nación», avisó Matthews.