Tijuana (México).– Migrantes y activistas de la fronteriza Tijuana esperan que las políticas migratorias entre México y EE.UU. puedan tener algunos cambios ligeros pero significativos, ahora que los presidentes de ambos países se reúnan para tratar asuntos migratorios.
Tras el anuncio de que la próxima semana el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y su hómologo estadounidense, Joe Biden, sostendrán una reunión en Ciudad de México, personas consultadas por EFE dijeron este sábado que esto puede ser una buena señal, sobre todo en la frontera norte del país, donde hay miles de personas varadas esperando asilo humanitario.
HUYENDO DE LA VIOLENCIA INTERNA
Jorge es un padre de familia desplazado de su estado, Michoacán, quien esta semana llegó con su esposa, dos hijos y su nuera embarazada a Tijuana y aseguró que «salimos huyendo de la violencia que hay en nuestro pueblo».
Recalcó que para él «sería importante que en esa reunión se tome en cuenta a todos los que estamos saliendo (de las casas) por la violencia, por las amenazas y que tenemos que dejar nuestra tierra y patrimonio, buscando tener una mejor vida en otro lugar».
Así como ellos, dijo, «hay montones de personas que están dejando sus casas», y aunque sabe de las necesidades de migrantes de otros países, consideró que «el presidente mexicano tiene que ver más por su gente, porque si no se va a terminar ahora la violencia, por lo menos que nos faciliten el asilo en Estados Unidos».
Raúl, uno de los hijos de Jorge, dijo que aunque le hubiera gustado que su hijo hubiera crecido en el pueblo, como ellos, el crimen organizado lo amenazó para que trabajara para ellos: «Y yo no quería eso para mi familia; yo les pediría eso, que vieran por nosotros, por los hijos de nosotros».
EL BENEFICIO DE LA DUDA
Albert Rivera Colón, director del albergue Ágape Misión Mundial, dijo que «hay que darles el beneficio de la duda» a las autoridades mexicanas, pero recalcó que deben poner mayor énfasis en su gente, «porque a veces parece que hasta les conviene que haya más desplazados por las remesas».
El pastor y activista señaló que su petición sería que las autoridades estadounidenses pusieran mayor atención en las familias, sobre todo en aquellas que llevan varios meses varadas en la frontera esperando una oportunidad de asilo, «ya que aquí también corren peligro, hemos tenido personas que estado aquí siguen siendo amenazadas por los cárteles».
También refirió que sería importante que las autoridades mexicanas hicieran un plan para informar a los migrantes pues, a su consideración, «eso hace mucha falta, que haya grupos de apoyo también de Gobierno que les informen a ellos y que nos informen a nosotros de todos los procesos y acuerdos».
ATENDER LAS CAUSAS Y PROBLEMAS DE RAÍZ
Por su parte, José María García Lara, director del Movimiento Juventud 2000, señaló que Biden debería tomar en cuenta el ejemplo de lo que actualmente sucede en Tijuana, que es el flujo de asistencia de asilo de manera ordenada y sin ningún tipo de caos.
«Lo estamos viendo ahora con las excepciones al Título 42, las personas, desde hace varios meses, están ingresando a Estados Unidos de forma ordenada, gracias a organizaciones de abogados que están haciendo un buen trabajo, y eso se da sin que haya caos, además evita las aglomeraciones en los albergues», refirió.
Otro de los aspectos que el activista recalcó es «que se atiendan las causas que están generando tanta movilidad de personas connacionales como de otros países, sobre todo de inseguridad, para que realmente se vea reflejado que están atacando la problemática de raíz».
Aunado a ello, el activista refirió que se deben reactivar los acuerdos que se han tenido como la propuesta de proporcionar visas de trabajo que ya fueron autorizadas por el Gobierno estadounidense hacia México y Centroamérica para que puedan cruzar de manera regular.
«Estamos hablando de 250.000 visas que fueron autorizadas el año pasado, pero que a la fecha no se ha escuchado nada; que se haga público dónde se van a entregar esas visas y cómo va a ser su operatividad, para que esas comunidades que llegan a la frontera no expongan sus vidas y puedan ingresar de forma regular», dijo.