Washington – Cientos de miles de trabajadores federales que quedaron sin sueldo debido al cierre parcial de la Administración de EE.UU. regresaron este lunes aliviados al trabajo, aunque con el temor de que en tres semanas se reedite el bloqueo político.
Tras la suspensión parcial de la Administración más larga de la historia del país, más de un mes, el centro de Washington volvió a mostrar el dinamismo habitual de las decenas de miles de personas en torno a las oficinas federales.
«Bienvenidos de vuelta!», indicó David Skorton, director la Institución Smithsonian, que agrupa a casi una veintena de museos públicos en la ciudad, en su cuenta de Twitter.
«A medida que reabrimos, traslado mi admiración y agradecimiento más sentido a toda la familia Smithsonian por su coraje y pasión por el servicio público», agregó Skorton, a cargo de algunos de los espacios más visitados de la ciudad, como el Museo del Aire y el Espacio o la Galería Nacional de Arte.
Durante este tiempo los trabajadores federales han tenido que hacer equilibrios para hacer frente a los pagos puesto que no recibieron dos de sus sueldos quincenales.
El pasado viernes el presidente Donald Trump firmó la ley que permitió la reapertura de las operaciones de la Administración federal, y que conlleva el desembolso de estos salarios atrasados.
Este domingo, el jefe de gabinete interino de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, confirmó en una entrevista con la cadena ABC que algunos podrían recibir estos fondos «tan pronto como al comienzo de esta semana» mientras que a otros «les llegarían al final de la semana».
A su regreso a las oficinas, en su gran mayoría los trabajadores se encontraron con gran cantidad de trabajo acumulado, por lo que tardarán un tiempo en recuperar el ritmo normal de funcionamiento.
Además, la preocupación no se ha despejado y se mantiene en el horizonte cercano.
El pacto de Trump con la oposición demócrata, liderada por la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, es provisional ya que otorgó tres semanas para que la Casa Blanca y el Congreso negocien para impedir una nueva parálisis.
La nueva fecha límite, por tanto, es el próximo 15 de febrero.
Entre los empleados federales, la sombra de otro cierre y la consiguiente falta de ingresos supone un quebradero de cabeza.
«Es estúpido. ¿Por qué nos vas a abrir por tres semanas y luego volver a hacer esto de nuevo?», explicaba Towanna Thompson, que trabaja en el Departamento de Interior, en declaraciones a la radio pública NPR.
El propio Trump enfrió las expectativas al mostrar su escepticismo ante la capacidad de que se logre un acuerdo presupuestario para esa fecha.
«Personalmente creo que es menos de 50-50», aseguró el mandatario sobre las opciones de que se evite un nuevo cierre federal en una entrevista con el diario The Wall Street Journal.
Ante la presión demócrata y las quejas de los ciudadanos, Trump accedió el viernes pasado a aprobar la actual prórroga presupuestaria de tres semanas, que no incluye fondos para su controvertida promesa de un muro en la frontera con México, el origen del desacuerdo con los demócratas.
El coste del cierre parcial administrativo del gobierno federal que se prolongó durante cinco semanas supuso un coste no recuperable de 3.000 millones de dólares a la economía del país, según un informe divulgado este lunes por la Oficina de Presupuestos del Congreso (CBO).
El reporte de la CBO, órgano no partidista del Congreso, señaló que la economía estadounidenses perdió un total de 11.000 millones de dólares durante la suspensión parcial de la administración federal que comenzó el 22 de diciembre.
«Aunque la mayor parte del PIB real perdido durante el cuarto trimestre de 2018 y el primero de 2019 será finalmente recuperado, estimamos que cerca de 3.000 millones no lo serán», afirmó Keith Hall, director del organismo en un comunicado.