Los Ángeles – El aumento de los incendios forestales y de la sequía vinculado a la industria de los hidrocarburos afecta desproporcionadamente a las comunidades de color, en particular las hispanas, en el oeste de Norteamérica, dijo a EFE José Pablo Ortiz Partida, especialista en clima y agua de la Unión de Científicos Conscientes (UCS).
La organización publicó este martes un estudio según el cual unos ocho millones de hectáreas (casi 20 millones de acres) arrasadas por incendios forestales en el oeste de Estados Unidos y el suroeste de Canadá desde 1986 pueden atribuirse a emisiones de los 88 mayores productores de combustibles fósiles y fabricantes de cemento del mundo.
Es la primera vez que se vincula las emisiones de los mayores productores de carbono con el área quemada por incendios forestales y el aumento de esos siniestros y de sequías.
El área arrasada, equivalente casi a la superficie de Guatemala, representa el 37 % del área total devastada por incendios forestales en esa región desde 1986, indica el análisis “Los combustibles fósiles detrás de los incendios forestales”, publicado en la revista Environmental Research Letters.
Además, el 48 % del aumento de las condiciones de riesgo de incendio en la región desde 1901, como la aridez de la tierra y la sequedad de la vegetación, puede atribuirse a las emisiones de estas empresas.
Para la UCS, aunque los incendios forestales afectan a millones de personas, las comunidades de color y de bajos ingresos enfrentan mayores riesgos.
“El impacto del aumento de los incendios forestales y la sequía prolongada, causada en gran parte por los principales emisores de carbono, afecta de manera desproporcionada a las comunidades de color, incluidas las hispanas”, dijo a EFE Ortiz Partida.
“Las barreras socioeconómicas históricas y el racismo sistémico hacen que sea especialmente difícil para estas comunidades recuperarse cuando ocurre un incendio forestal”, sostuvo.
De acuerdo con el experto, “los hispanos tienen el número más alto de trabajadores al aire libre en comparación con otras comunidades de color y con el promedio nacional, lo que coloca a las comunidades hispanas en la primera línea del peligro de incendios forestales, así como de riesgos económicos y de salud pública”.
“Además, algunos de los más afectados han sido los ubicados en el Valle de San Joaquín de California, donde el 42 % de la población se identifica como hispana. Esta región ya experimenta la peor calidad del aire del país y hay cientos de comunidades rurales desfavorecidas con trabajadores agrícolas que necesitan trabajar independientemente de la calidad del aire”, apuntó.
En términos más generales, dijo, “los incendios forestales interrumpen y resaltan las desigualdades en una amplia gama de sistemas humanos”.
“Nuestros sistemas agrícolas se ven afectados por la pérdida de cosechas, impactos potenciales a la calidad y cantidad de agua y por el número de víctimas que el humo de los incendios cobra entre los trabajadores agrícolas”, expuso.
Asimismo, anotó, “nuestros sistemas económicos, en particular los locales, pueden verse afectados por la pérdida de un gran número de viviendas y negocios a causa de los incendios o por la pérdida del turismo en lugares afectados por el humo denso; y nuestros sistemas de salud pública se ven afectados cuando los incendios aumentan la demanda de servicios de salud mental y salas de emergencia”.
“A medida que buscamos soluciones, tanto restaurativas como preventivas, las necesidades de las comunidades más vulnerables y marginadas deben ser el centro de atención”, acotó.
Por otro lado, el estudio conecta las emisiones de la extracción y uso de hidrocarburos con el aumento de la temperatura promedio de la superficie de la Tierra y el incremento del nivel del mar y la acidificación de los océanos.
La investigación muestra que las emisiones relacionadas con las 88 empresas son responsables de un aumento en la temperatura promedio global de 0,5 grados Celsius desde principios del siglo 20, casi la mitad del calentamiento total observado desde entonces. Diez de esas empresas son responsables de más de una quinta parte de las emisiones humanas mundiales que atrapan el calor, indica el documento.
Entre ellas están, en orden de emisiones globales de dióxido de carbono y metano: Saudi Aramco (Arabia Saudí) con 3,40 % de las emisiones, Chevron (EE.UU.) con 3,06 %, Exxon Mobil (EE.UU) con 2,92 %, Gazprom (Rusia) con 2,48 %, y BP (Reino Unido) con 2,24 %.
El estudio señala igualmente que el incremento total de la temperatura promedio global ha contribuido a un aumento de 11 % del déficit de presión de vapor (VPD, medida de la capacidad del aire de extraer agua de las plantas y los suelos) desde principios del siglo pasado. Ya que la vegetación seca se enciende más fácilmente que la húmeda, el VPD también es una medida de las condiciones de riesgo de incendio.
Un 57 % del aumento observado en el VPD desde 1901 se atribuye a emisiones provenientes de las 88 compañías.
Kristina Dahl, coautora del informe y científica climática de UCS, dijo que el estudio “ofrece respuestas respaldadas científicamente a preguntas sobre quién tiene parte de la responsabilidad de la destrucción angustiante” causada por los incendios.
Señaló que espera que esta evidencia ayude a políticos, funcionarios y expertos legales a estar mejor equipados para responsabilizar a las compañías de combustibles fósiles en los ámbitos público, político y legal.