La Campa (Especial Proceso Digital / Ronald Ordóñez) – De origen lenca, tez trigueña, baja estatura, pero de gran corazón, así es doña Desideria Pérez, una mujer que rescata el arte ancestral de la alfarería; la técnica y la capacidad de elaborar objeto u utensilios a partir del barro.
-La fórmula de su trabajo es hacer todo con amor, comentó la mujer que busca que la tradición de la alfarería pase de generación en generación.
– Comales, cántaros, vasijas, jarros, ollas, tamaleras y tinajas son algunos de los utensilios de cocina que se pueden lograr a partir del barro, pero las creación pueden ser tan diversas como la imaginación lo permita.
Su casa se ubica en La Campa, Lempira, occidente de Honduras, pero sus obras se encuentran en diferentes países del mundo, algunas quizás podrían estar en nuestras casas y desconocemos quien las elaboró.
Sus creaciones van desde un comal de barro, una taza tradicional hasta una escultura o jarrón monumental, todo lo aprendió de su madre quien a su vez también lo hizo de su antecesora. Tenía apenas 12 años cuando elaboró su primera figura, recordó la ahora mujer de 67 años en una amena plática con Proceso Digital.
En una tarde lluviosa y con bajas temperaturas en La Campa, la humilde mujer recordó ante la cámara y micrófono de este medio de comunicación como empezó todo.
El origen
“Aprendí desde los 12 años el arte de la alfarería, solo observaba a mi mamá y después me puse a intentar”, rememoró al tiempo que compartió que no tuvo la oportunidad de estudiar más allá del primer grado.
Sin embargo, la clave de sus obras y tal vez de la vida -dijo- es hacer todo con amor.
Al inicio regalaba sus obras, ya que desconocía el valor monetario de las mismas, pero hoy hace ventas de piezas de 30 pulgadas por 4 mil 500 lempiras.
Aunque aún encuentra dificultad en las ventas en línea, es decir a través de internet, aprendió a utilizar su celular y es a través del mismo que atiende llamadas de diversas partes del país que le hacen pedidos personalizados, algunos para ser llevados al extranjero.
Arte, tradición y sustento
El barro puede dar forma a innumerables objetos, adornos o utensilios, todo dependerá de la creatividad de quien lo moldee.
Aunque en su caso se trata de un tema de tradición ancestral, doña Desideria logró hacer de la alfarería su sustento.
Con el trabajo de sus manos y el sudor de frente y con el barro como materia prima logró dar sustento a 10 hijos, uno de ellos el actual alcalde La Campa, Lempira, Roberto Santos.
Contó que sus hijos son profesionales y a todos les dio lo que necesitaba, todo provino de su trabajo con el barro, nunca se dedicó a otra cosa que fuera la que también fue la profesión de su abuela y de su madre.
“Yo no estudie, solo hice el primer grado, pero a mis hijos si los preparé; a todos trabajando el barro”, compartió.
“Del barro preparé a todos mis hijos, solo el que es alcalde no quiso continuar sus estudios, pero a todos les di estudios”, continuó.
De generación en generación
Como parte de su cultura lenca, doña Desideria se ha encargado de que el arte de la alfarería no se pierda.
En ese sentido, uno de sus hijos decidió seguir sus pasos y aunque cuenta con estudios también fabrica objetos a base de barro.
Sin embargo, ofrece sus conocimientos a escolares tanto a locales como a visitantes.
En el caso que sean visitantes señaló que cuenta con paquetes para que los escolares puedan tener toda la experiencia de aprender la alfarería.
Pero en el caso que no puedan visitarle en La Campa -dijo- no hay excusas, todas las nuevas generaciones pueden aprender a través de un video o de sus propios padres.
Al final, lo que requiere es hacer todo con amor, esa ha sido su fórmula para dar forma a incontables figuras y utensilios.
Todo con amor
Aunque su instrumento de trabajo son sus manos y su materia prima el barro, la fórmula de su trabajo, comentó, es el amor.
No se trata de una fórmula exclusiva de su trabajo, ella cree que todo en la vida se debe hacer con amor y resultará de la mejor manera.
“Yo siempre le puse amor al trabajo”, expresó al tiempo que resumió que todo le ha resultado bien ya que emplea esta creencia. (RO)