Tegucigalpa (Por Isis Rubio) – La vulnerabilidad que arropa a los menores es una historia sin fin en Honduras, donde se tejen historias aberrantes como sacadas de películas espeluznantes. El último capítulo disfrazó el abuso sufrido por un menor de cuatro años presuntamente en su entorno familiar y se le quiso achacar a un canino. La versión -poco creíble- fue rápidamente desbaratada y entonces el dedo acusador apunta a sus parientes como los responsables de este nuevo caso deleznable.
– Según datos del Ministerio Público, por abuso sexual se recibe -al menos- una denuncia cada día.
La sociedad hondureña se volvió a estremecer con esta historia que se asemeja a narraciones maquiavélicas de poblados de la era medieval de la humanidad.
Los hechos ocurrieron el jueves 3 de agosto y refieren que el menor de 4 años ingresó a la sala de emergencias del Hospital Regional Atlántida, en La Ceiba, presentando signos de violación. Sus familiares indicaron que había sido un perro el responsable del abuso sexual.
Al conocer la situación del menor, la directora del Hospital, Silvia Bardales, denunció ante el Ministerio Público el caso, por lo que las autoridades de investigación iniciaron con las diligencias del caso.
Días después, la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), confirmó que el menor no había sido abusado por el perro, y que las indagaciones continuaban para dar con el paradero del responsable del abuso sexual.
El menor tras ser dado de alta, fue puesto al cuidado de la Dirección de la Niñez, Adolescencia y Familia (Dinaf), la oficina del gobierno encargada de los menores en condición de vulnerabilidad, pero que en los últimos meses ha estado en la palestra por escándalos que van desde el tráfico de plazas, cobro de coimas y presuntos abusos de la población bajo su tutela.
La institución estatal también se sumó a la investigación del caso, dijo uno de los familiares del menor.
Casos como el de este niño se repite a diario bajo el denominador común que siguen siendo los menores los “blancos perfectos” de perpetradores de delitos contra esta población vulnerable del país.
En estas últimas semanas, se narran varias capturas de tíos, abuelos, padrastros y hasta padres biológicos que inmisericordemente abusan de niños en su propio entorno familiar.
Descabellado culpar a un canino
Proceso Digital indagó sobre el tema con la psicóloga clínica, sexóloga, terapeuta de pareja y familia, Issis Romero, quien caviló que “es una burla, esto lo que hace es dejar al descubierto la ignorancia, la falta de información, la desinformación que hay y esto lejos de hacernos mejores personas los ha ido desensibilizando, es más fácil responsabilizar a un animalito que no puede hablar, pero es más descabellado pensar que un perro va abusar sexualmente de una criatura o de cualquier otro ser humano porque no es ese el instinto de un animal”.
Señaló que lo que sucede es que estos delitos quedan en la impunidad y por ende las historias se siguen registrando porque el agresor sexual sabe que no será castigado ante la falta de denuncia e investigación científica.
“Muchas veces estos abusos empiezan con caricias porque por lo general se dan en el círculo familiar y social más cercano, el niño jamás va a pensar que el tío, el papá o el abuelo les hará daño, por lo que el menor es amenazado y sólo se convierte en una víctima”, manifestó la doctora.
Herida profunda
El abuso sexual ha existido en todos los tiempos y es una de las heridas más profundas y que muchos de los adultos actuales lo vivieron en su niñez, refrendó.
Agregó que cuando se ve el expediente clínico se puede ver cómo muchos de los pacientes sufrieron abusos de pequeños, esto quiere decir que la tecnología ha ayudado a develar este flagelo que ha existido toda la historia.
Recriminó que el acceso a la pornografía incremente las perversiones en los abusos a menores y que se vean a los pequeños como presas para aplicar esas perversiones que cada día son más descabelladas.
6 de cada 10 pacientes
Al ser consultada sobre los datos estadísticos, dijo que es muy difícil saber la cantidad de niños abusados en el país, el Ministerio Público señala en sus informes que cada siete horas se registra un abuso sexual, pero se quedan cortos.
Indicó que los historiales clínicos que conoce, al menos seis de cada 10 pacientes fue víctima de algún tipo de abuso sexual.
Añadió que la estadística es alta, por lo que es un llamado a los padres de familia para que sean conscientes que los hijos son vulnerables a este tipo de situaciones.
“La única forma de proteger a la infancia es a través de la información sobre educación sexual y tienen que ser los padres que deben de orientar a sus hijos sobre todo este tipo de acciones perversas a las que están expuestos”, apuntó.
400 denuncias
La titular de la Dirección de la Niñez, Adolescencia y Familia (Dinaf), Lizeth Coello, dijo que más de 400 denuncias de menores son víctimas de maltrato, abandono y tratos crueles.
La funcionaria indicó que los derechos de los niños se tienen que proteger, es por eso que cuando se da una violación a un menor dentro del núcleo familiar se pone a disposición de la Dinaf y se le busca otra familia que garantice la seguridad del menor.
Agregó que en algunos casos se llaman a familiares para que acojan al menor, “lo mejor para los niños es estar con personas que los quieren y les den protección”, comentó.
La recuperación en estos casos es muy difícil porque el padre o la madre deben de argumentar y probar que el menor estará bien en núcleo familiar, sin embargo, cuando se da un abuso sexual es muy difícil, recalcó.
Lamentó que se den estas situaciones, a nivel nacional los niños y niñas que son víctimas de maltrato, abandono, tratos crueles, entre otras situaciones degradantes.
Dijo que la Dinaf está trabajando para aumentar la capacidad de respuesta con personal calificado, pero ese proceso sólo podrá materializarse con el paso de algunos meses.
90 % de los abusos son en el hogar
Según los registros de Casa Alianza de Honduras (CAH), el 90 %de los abusos hacia la niñez y adolescencia se continúan cometiendo en el seno del hogar.
El coordinador del Observatorio de Derechos de la Niñez, Bertilio Amaya, condenó cualquier situación que vulnere los derechos de la niñez.
También condenó el caso de una menor de 11 años que era abusada por su padrastro desde que tenía 5 años, casos como este se vuelven comunes en el seno familiar por parte de padres, padrastros, tíos, abuelos y vecinos o allegados a la familia.
Estos casos el funcionario los calificó como “hecho abominable” y manifestó que debe existir “una intolerancia por parte de todos los involucrados en el sector de la niñez y juventud”, para no permitir que se continúen cometiendo estos hechos.
Más de mil 600 casos de abuso sexual
Asimismo, recordó que de acuerdo con la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), cada seis horas una niña o niño es víctima de abuso sexual en Honduras, y que solo en el 2022 se reportaron más de 1,600 casos de abuso sexual hacia la niñez.
“Es lamentable que, al interior del seno familiar se estén dando este tipo de hechos, y peor aún, que exista una mora judicial de un 90 % con respecto al delito de abuso sexual infantil”, manifestó.
Amaya, describió que, las estadísticas que maneja Casa Alianza se obtienen del abordaje que se les realiza a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes que son atendidos por las organizaciones de sociedad civil.
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