Bruselas – El excapitán de la selección de Bélgica Eden Hazard, de 32 años, anunció hoy que se retira como futbolista, tras haber militado en el Lille, Chelsea y Real Madrid.

«Hay que saber escucharse y decir basta en el momento adecuado. Después de 16 años de carrera y más de 700 partidos jugados, decidí poner fin a mi carrera como futbolista profesional», anunció en la red social Instagram.

El jugador, referente de la generación dorada del fútbol belga pero venido a menos en los últimos años, estaba sin equipo desde que al término de la pasada temporada llegó a un acuerdo con el Real Madrid para rescindir su contrato un año antes de lo previsto.

«Durante mi carrera he conocido a grandes personas, directivos, entrenadores, compañeros y quería agradecer especialmente a los clubes por los que he pasado: LOSC, Chelsea y Real Madrid; y obviamente agradecer nuevamente a la Selección Belga», agregó el futbolista, quien también agradeció a los suyos por apoyarle «en los buenos y malos momentos».

«Ahora es el momento de disfrutar de mis seres queridos y tener nuevas experiencias. Nos vemos pronto fuera del campo», agregó el extremo, que se retira con 747 partidos como profesional, 621 en club y otros 126 con la selección belga.

Natural de Tubize, donde nació en el seno de una familia de futbolistas, como también lo son su hermano Thorgan (Anderlecht) Kylian (Racing White Daring de Molenbeek), Eden Hazard se incorporó de juvenil a las categorías inferiores del Lille francés (2007-2012), equipo con el que debutó a los 16 años y con el que quedó campeón de la liga francesa en 2011.

De allí pasó al Chelsea inglés (2012-2019) donde también se convirtió en una referencia y cosechó dos títulos de liga y dos títulos de Liga Europa, entre otros trofeos.

En ese período firmó también su mejor registro con Bélgica, que con Hazard como capitán fue tercera en el Mundial de Rusia de 2018, bajo mando del español Roberto Martínez como seleccionador.

Tras conquistar el fútbol francés y británico, Hazard recaló en la liga española, cumpliendo su sueño de fichar por el Real Madrid en un traspaso millonario cifrado por encima de los 100 millones de euros.

Pero pronto sus esperanzas se frustraron al recibir una dura entrada de su compatriota Thomas Meunier en un partido de Liga de Campeones en septiembre de 2019 contra el París Saint-Germain que marcó el inicio de su calvario físico.

El futbolista se operó del tobillo, sufrió con la recuperación, encadenó otras lesiones y nunca llegó a ser el jugador estrella que se esperaba fuera en el Real Madrid, llegando a no contar en absoluto para Carlo Ancelotti, hasta finiquitar su contrato un año antes y abandonar el club.