Tegucigalpa – La mañana de este martes murió en el departamento de Comayagua, zona central de Honduras, el obispo Roberto Camilleri, presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras (CEH), a la edad de 72 años.
– Fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1975 por el Papa Pablo VI en Roma.
– Roberto Camilleri se desempeñaba actualmente como presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras, pero también como obispo de la diócesis de Comayagua.
– La diócesis de Comayagua tiene una población 671 mil 321 habitantes, de los que 657 mil 721 son católicos.
Así lo confirmó el portavoz de la CEH, Juan Ángel López, quien detalló que la causa fue un paro cardiaco.
El Papa Juan Pablo II nombró en el 2004 a Monseñor Roberto Camilleri Azzopardi, como obispo de Comayagua (Honduras) que había sido hasta entonces, obispo auxiliar de Tegucigalpa.
Monseñor Roberto Camilleri Azzopardi, de origen Maltés, llegó a Comayagua en 1980, a la región central de Honduras, donde fue párroco de Santa Ana.
En Malta, fue maestro de novicios de la Orden Franciscana de los Frailes Menores de 1975 a 1979.
Sus estudios de filosofía y teología se desarrollaron en el Seminario Franciscano de Rabat (Malta) y de Jerusalén.
Se desempeñó como formador de novicios de la Orden Franciscana de los Frailes Menores desde 1975 a 1979 en su tierra natal Malta.
En 1992 fue nombrado párroco de dos comunidades parroquiales de Tegucigalpa, y el 26 de julio de 2001 fue designado obispo auxiliar de Tegucigalpa.
Actualmente se desempeñaba como presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras.
La noticia tomó por sorpresa a toda la feligresía católica quien según lo que establece el canon católico tendrá la oportunidad de velar el cuerpo del obispo por tres días.
Aunque se trata de una lamentable noticia, para un hombre de fe como Roberto Camilleri este solo es un paso hacia la Casa del Padre, reflexionó el portavoz de la CEH.
Acotó que existieron intentos por salvar la vida del sacerdote y que fue trasladado a un centro asistencial, pero perdió la vida por un paro respiratorio.
Compartió que el obispo no tenía padecimiento, por lo que el llamado del Padre, también fue sorpresivo para ellos como CEH.
Insistió que se trata de un paso de la vida a la Casa del Padre y que el obispo atendió el llamado de Dios.