Tegucigalpa – Lucy Ondina Matamoros murió este sábado a la edad de 97 años, informaron amistades cercanas a la teatrista hondureña.
– Se le considera la dama del teatro hondureño.
Recién, el pasado 6 de agosto, celebró sus 97 años, y expresó en una entrevista concedida a la agencia EFE que disfrutaba el amanecer declamando “Verde que te quiero verde”, de Federico García Lorca.
Lucy Ondina se retiró de los escenarios hace tres años, con un recital de poesía, lo que durante muchos años alternó con el teatro.
Sus familiares recuerdan que por las noches, cambiaba su ropa de fatiga por un vestido verde (su color favorito) o negro, que le tapaba los tobillos para inundar con su voz el salón del Teatro de la Cultura, de Tegucigalpa, con el ‘Canto Negro’, el ‘José Ramón Cantaliso’, de Nicolás Guillén, o con la combativa poesía de “Vámonos patria a caminar”, de Otto René Castillo.
Lucy Ondina se inició en el arte en la Radio Monserrat, en el decenio de los 50 del siglo pasado, y luego pasó a Radio América, ambas de Tegucigalpa, en las que fue actriz de radionovelas.
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Últimamente le costaba hablar, aunque declamaba poemas, y sollozaba porque su hija, Mayra Henríquez, que la vino a visitar por su cumpleaños, debió regresar a México, donde reside.
Los que la conocieron la recuerdan por su entrega al arte, a la sensibilidad y al amor que provoca en todas las manifestaciones de los géneros artísticos.
Esta notable hondureña se desempeñó en trabajos administrativos, fue maestra en la otrora Escuela Normal de Señoritas y secretaria en el Colegio Médico. También trabajó en las Secretarías de Trabajo, Educación y Cultura, Turismo e Información, entre otras.
Era una apasionada del teatro. Después de una carrera artística en las radionovelas, incursionó con éxito en el teatro, dirigida por Francisco Salvador, entre otros.
En las tablas, Lucy Ondina, quizá la mejor declamadora nacional, integró el Teatro Popular Universitario, figurando en muchas obras, como en «La puta respetuosa», de Jean-Paul Sartre.
Como actriz, Lucy Ondina se formó en la Escuela Nacional de Teatro, de la que después fue subdirectora, además de actuar en el Teatro Infantil, dirigido por Mercedes Agurcia.
El teatro llevó a Lucy Ondina por todo Centroamérica, además de presentarse en México en recitales en el Palacio de Bellas Artes, en el Salón Hispanoamericano de la Secretaría de Educación Pública, el Centro de Actualización del Magisterio, el Colegio Nacional de Educación Profesional y una dependencia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
¡Que en paz descanse Lucy! Desde la sala de redacción de Proceso Digital lamentamos su triste deceso y elevamos plegarias para que Dios recoja su alma.