Tegucigalpa – A un año de trabajo, es necesario reconocer la necesidad de contar con mayores recursos y de manera más sostenida para dar continuidad y ampliar las capacidades de respuesta del Centro de Descanso Temporal para Familias Migrantes en Trojes.

 Así lo señaló hoy Unicef y el Consorcio LIFE que hace un año iniciaron la acción humanitaria en Trojes, oriente de Honduras a causa de la crisis migratoria que se suscita en ese sector del país centroamericano.

Hoy, se conmemora el primer año de trabajo del Centro de Descanso “Las Carpas” que ha sido fruto de la labor coordinada del Consorcio LIFE-Honduras, integrado por Unicef, Acción contra el Hambre (ACH), Fundación Alivio del Sufrimiento (FAS), ChildFund, Pure Water for the World (PWW) y la Agencia Adventista para el Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA), con financiamiento de la Oficina de Población, Refugiados y Migración de los Estados Unidos (PRM por sus siglas en inglés), para atender las necesidades humanitarias más apremiantes de los niños, niñas, adolescentes y familias en movilidad humana.

Hoy, en la conmemoración de un año de trabajos del Centro de Descanso “Las Carpas”, Unicef agradece el compromiso, esfuerzo y capacidad del personal humanitario para salvar y proteger las vidas de miles de personas, también hace un llamado para contar con mayores recursos para continuar con esta encomiable labor, subrayó el organismo humanitario en un comunicado.

De su lado, las organizaciones integrantes del Consorcio LIFE (ACH, PWW, ADRA, Chilfund y FAS) reiteraron su compromiso de continuar con la provisión de servicios en atención humanitaria como una prioridad coordinada con la Red Humanitaria para proteger a las personas, sobre todo niñas, niños y adolescentes, del abuso y la explotación, tratarlos dignamente y garantizar que nadie se quede atrás.

En Honduras diariamente transitan miles de niñas, niños y adolescentes en movilidad humana acompañados y no acompañados por sus familias. La mayoría tuvieron que abandonar sus hogares debido a la pobreza, la violencia, la inseguridad, la falta de acceso a servicios básicos y la corrupción, la restricción de sus derechos, con la esperanza de encontrar una mejor vida, reflexionaron.

Muchos, lo arriesgan todo, enfrentándose a peligros y dificultades en el camino. Honduras, es uno de los epicentros de América Latina y el Caribe más complejos, con flujos migratorios multidireccionales ya que simultáneamente es un país de origen y tránsito de la migración continental.

Desde el 2022, el ingreso de personas migrantes, principalmente familias con niños, niñas y adolescentes, alcanza números nunca registrados en la historia del país. Del 1 de enero de 2022 y al 6 de septiembre de 2023, 45 mil 840 personas en movilidad humana han transitado por territorio hondureño, sin contar un alto porcentaje de personas que no pasa por el registro del Instituto Nacional de Migración (INM). Los ingresos registrados de enero a agosto de este año superan 20 veces los reportados en 2021 y casi triplican los del 2022 para el mismo periodo.

Trojes ha sido uno de los municipios fronterizos con mayores ingresos, al contabilizar del 1 de enero de 2022 al 06 de septiembre de 2023, 148 mil 341 personas de migrantes en tránsito que ingresaron por este punto.

De estos el 25 % son niñas, niños y adolescentes. Respuesta humanitaria oportuna A pesar de que en 2022 los flujos migratorios que ingresaban en Trojes ya eran considerables, la capacidad de respuesta del gobierno nacional y municipal, así como de las organizaciones humanitarias era limitada.

Miles de personas, sobre todo niños, niñas, adolescentes con sus padres y cuidadores dormían en la calle por varios días, con muy poco acceso a servicios humanitarios como agua, higiene y saneamiento, alimentación, nutrición, albergue, atención médica, primeros auxilios psicológicos o espacios amigables para la niñez.

Esta situación exigía una respuesta rápida orientada a las familias, a las niñas y niños y a las mujeres embarazadas que pusiera en el centro la necesidad de acceder a servicios humanitarios críticos que salvaran sus vidas y les protegiera de la violencia y los riesgos y vulnerabilidades que conlleva la migración.

Ante este escenario, el 14 de septiembre de 2022 se inauguró el Centro de Descanso Temporal para Familias Migrantes (CDTFM) de Trojes, mejor conocido por sus usuarios como “Las Carpas”; un espacio de protección donde no solamente las familias tienen un lugar seguro para descansar, sino que además reciben agua, comida y suplementos nutricionales; donde pueden bañarse y lavar su ropa; donde son atendidos médicamente de las heridas y enfermedades propiciadas por el duro camino; un lugar Según los datos del Instituto Nacional de Migración,  especializado donde los niños y niñas pueden jugar, aprender y recibir primeros auxilios psicológicos para recuperarse y continuar su camino; donde las mujeres, niñas y niños pueden desahogarse y reportar con seguridad y confianza actos violentos que hayan vivido para protegerles de inmediato. Un lugar, donde prevalece sobre todo el buen trato y la dignidad humana, destaca el escrito.

Durante este año, gracias al Consorcio LIFE y a la labora coordinada con la Red Humanitaria, el Centro de Descanso de Trojes ha brindado refugio a 22,195 niñas, niños, adolescentes y adultos cuidadores en movilidad, quienes recibieron también servicios de protección, salud, apoyo psicosocial, alimentación, nutrición, higiene, agua y saneamiento.

El Centro de Descanso “Las Carpas” ha sido un referente en el país para la creación de otros centros de descanso y la implementación de servicios humanitarios críticos intersectoriales para la protección de las familias que ingresan y transitan en Honduras.

Bastiaan van ‘t Hoff, representante de Unicef en Honduras, agradeció a todos los trabajadores humanitarios que han logrado un año de trabajo continuo en el Centro de Descanso “Las Carpas” y reiteró la necesidad de contar con mayores recursos de la comunidad internacional y la red humanitaria para continuar y aumentar la capacidad de respuesta humanitaria.

“Las necesidades de protección en las fronteras y carreteras del país aumentan todos los días, por lo que es necesario incrementar los recursos para atender esta crisis humanitaria. Los derechos de la niñez viajan con ellos, no importa donde estén”, comentó.

Debemos asegurar la dignidad de las familias, sobre todo de la niñez en movilidad humana, atendiendo sus necesidades más básicas. Trabajar juntamente con la Red Humanitaria ha permitido articular servicios de atención y apoyo y garantizar que nadie se quede atrás.” Katherine, directora del CDTFM destacó que el Centro de Descanso ha mejorado día con día: “La calidad es el único camino para el crecimiento del Centro de Descanso, reflexionó el organismo internacional.

El idioma y la cultura de las personas ha sido una barrera, pero se ha superado porque hemos buscado formas de comunicarnos con los beneficiarios y darles a entender cuáles son sus derechos y los lineamientos del Centro, agregó.

Ahora damos atención en menos tiempo, por ejemplo, al ingreso, antes esperaban hora y media y ahora en media hora ingresamos 60 personas, cerró.