La activista trans salvadoreña Bianka Rodríguez asiste a un evento este miércoles en el Teatro Nacional de San Salvador (El Salvador). EFE/Rodrigo Sura

San Salvador – La activista trans salvadoreña Bianka Rodríguez es la ganadora regional por las Américas del Premio Nansen 2019, entregado por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) a aquellas personas que destacan en su labor humanitaria con los desplazados forzosos.

Elisa Carlaccini, jefa de la Oficina de ACNUR en El Salvador, entregó este miércoles a Rodríguez el Premio Nansen como un reconocimiento por su trabajo en defensa de los derechos humanos de las personas LGTBI que por diversas razones son obligados a huir de sus comunidades de origen.

El evento se llevó a cabo en el Teatro Nacional de San Salvador y participaron representantes de la comunidad internacional y el representante regional de ACNUR para Centroamérica y Cuba, Giovanni Bassu.

La activista salvadoreña, también directora de la Asociación Comunicando y Capacitando Trans (COMCAVIS-TRANS), se mostró emocionada por el reconocimiento y se comprometió a continuar su «incansable» lucha para proteger los derechos humanos de la población LGTBI, en especial aquella que sufre de desplazamiento forzado.

«Muchos gracias a todos. Este día para mí y para todo la población LGTBI es muy importante (…) este premio es para todas aquellas personas que han tenido que pagar con sangre la desprotección de todos nuestros derechos», dijo la activista.

Señaló que el galardón «me motiva, junto a mi equipo de trabajo de COMCAVIS-TRANS, a continuar con más tenacidad, amor y dedicación nuestra labor en defensa y protección de los derechos humanos de las personas LGTBI».

Rodríguez rindió un minuto de silencio a «todas» las personas que han sido asesinadas por su orientación sexual o su identidad de género, y a aquellas que han tenido que huir del país a causa de la persecución.

De acuerdo con ACNUR, gracias a la labor de Rodríguez COMCAVIS-TRANS «se ha convertido en la organización líder en El Salvador en la protección de las personas LGTBI que han tenido que huir de sus comunidades».

«Para muchos Bianka y sus colegas representan esperanzas, porque para ellos significa que no están solos y que hay personas que les protegen», señaló el representante regional de ACNUR para Centroamérica y Cuba.

Bassu subrayó que la galardonada y su equipo «trabajan en un contexto bastante desalentador y, a pesar del alto costo personal y de los muchos sacrificios, muestran una valentía excepcional».

«Con gran coraje llegan a las comunidades de los departamentos de Santa Ana, Sonsonate, San Miguel, La Paz, La Unión y Cabañas para asesorar, apoyar y brindar asistencia a personas que viven en condiciones de alto riesgo debido a su orientación sexual o identidad de género», añadió.

El representante regional de ACNUR también recordó la labor de la exdirectora de COMCAVIS-TRANS Karla Avelar, quien fue una de las principales defensoras de los derechos humanos del sector y que huyó de El Salvador por seguridad.

«Recuerdo a la luchadora, defensora y exdirectora de COMCAVIS-TRANS Karla Avelar. Su historia y experiencia de vida no solo refleja el contexto en el que viven las personas LGTBI en este país, sino que también reafirmar la necesidad del trabajo de COMCAVIS-TRANS en El Salvador», agregó.

Datos proporcionados a Efe por COMCAVIS-TRANS señalan que entre 2018 y lo que va de 2019 se reportaron 151 casos de desplazamiento de personas de la comunidad LGTBI.

Las principales víctimas son las mujeres trans con el 67,5 % de los casos y le siguen los hombres gais con el 17,2 %.

Los responsables de este fenómeno son mayoritariamente las pandillas y las fuerzas estatales, siendo el intento de homicidio, las amenazas y las lesiones los hechos que desencadenan el desplazamiento.

A esto se suma la impunidad predominante en los más de 600 asesinatos de personas LGBTI registrados desde 1993 y en los que pandilleros, policías y militares son los principales implicados.