Washington – La inmigrante mexicana Jeanette Vizguerra, quien tras permanecer dos años asilada en una iglesia de Denver (Colorado) encara nuevamente el riesgo de su deportación, aseguró hoy que el Congreso «tiene una responsabilidad muy grande de parar» la destrucción de familias.
«El Congreso necesita buscar soluciones no solo para los DACA, no solo para los TPS, para todas estas cientos y miles de familias que están en la misma situación que yo», subrayó Vizguerra, cuyo caso movilizó hoy a religiosos, activistas y familias en Washington.
Vizguerra, incluida en 2017 en la lista de las 100 personas más influyentes de la revista Time, se ha convertido en el rostro de miles de inmigrantes en peligro de deportación y de otros que temen el fin de beneficios como la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) y el Estatus de Protección Temporal (TPS).
«Es una etapa muy difícil otra vez en mi vida, se acabaron esos dos años de un poco de tranquilidad, para el día de mañana ya es un día en que tengo que tomar una decisión», confesó Vizguerra, y admitió que está en una «penumbra» y a la espera de que el Departamento de Seguridad Nacional «tome la decisión correcta esta vez».
Su caso llevó a un grupo de personas a plantarse con pancartas y al grito de «Justicia para Jeanette» frente a la sede del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para entregar una petición respaldada por unas 2.000 firmas que exigen detener la deportación.
En una comunicación telefónica con los manifestantes, Vizguerra relató que desde hace seis años está a la espera de una visa U, que se otorga a personas víctimas de «maltrato físico o mental sustancial», y advirtió sobre la posibilidad de que «de alguna manera» se esté violando su proceso legal.
«No me voy a rendir, voy a seguir luchando y voy a seguir trabajado bien duro y no solo para mí, sino para mi comunidad, para esos 11 millones (de inmigrantes indocumentados)», añadió Vizguerra, quien desde 2011 se convirtió en una de las primeras personas indocumentadas en Colorado en hablar abiertamente de su problema y en trabajar a favor de los derechos del personal de limpieza.
Al intervenir durante la protesta, Ana Peña, en representación de la Alianza Nacional de Trabajadoras del Hogar -que aglutina a niñeras, cuidadoras y limpiadoras, muchas de ellas inmigrantes- destacó que Vizguerra ha sido «una tremenda líder».
Consultada por Efe, Alma Couverthié, vicedirectora de Inmigración de la organización Cambio Comunitario, lamentó que «esta no sea la primera vez» que Vizguerra esté en esta situación, ya que en ocasiones anteriores ICE la ha otorgado permisos y alivios para permanecer en el país, y consideró que se necesitan «urgentemente» para ella y otras madres «soluciones permanentes».
«Son miles de madres y de padres afectados por esta incertidumbre», apuntó esta activista, quien denunció que la misma situación enfrenten los beneficiados por el TPS cuando pierden su protección o los soñadores, como se conoce a los jóvenes protegidos por el programa DACA.
Por su parte, Maritza Cruz, quien es pastora de la Iglesia Nazareno de Frederick, en el vecino estado de Maryland, denunció el caso de Rosa Gutiérrez López, una madre salvadoreña quien desde diciembre pasado permanece refugiada en una iglesia.
«Tal vez ahorita solo hablamos de Jeanette y de Rosa, pero hay muchas ‘rosas’ y muchas ‘jeannetes’ en esta situación siendo separadas de sus hijos injustamente», lamentó la religiosa, quien relató que Gutiérrez es madre de tres niños nacidos en Estados Unidos, uno de ellos con síndrome de Down.