Fotografía del 29 de enero donde aparece el activista Pedro Ríos, del Comité de Servicios Amigos Americanos, y la abogada Nicole Ramos, de la organización de asistencia legal Al Otro Lado, durante un evento informativo para conmemorar el primer aniversario desde la implementación del programa Protocolos de Protección Migratoria (MPP), en San Diego, California. EFE/ Manuel Ocaño

San Diego (CA) – Abogadas y activistas afirman que la participación del Gobierno de México en el programa que ha enviado en un año 60.000 migrantes a la frontera norte mexicana a esperar el resultado de sus procesos de asilo es una mezcla de complicidad con Estados Unidos, negligencia e indiferencia.

El programa Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, en inglés) «no puede funcionar sin la complicidad de los Gobiernos de Estados Unidos y de México», dijo a Efe la abogada Nicole Ramos, de la organización de asistencia legal Al Otro Lado.

Ramos hizo un balance de lo que ha pasado con los migrantes integrados al programa, que cumplió un año hace unos días.

«Tenemos miles de personas que se están muriendo en la frontera. Tenemos familias secuestradas, mujeres violadas, olvido, niños sin servicios de salud, sin ayuda en educación», aseveró.

Para ejemplificar, la abogada refirió que hace unos días un migrante centroamericano se dirigía con su hija menor de edad a la garita de El Chaparral, en la ciudad mexicana de Tijuana, para cruzar la frontera y presentarse ante una corte de migración con la ayuda de Al Otro Lado. El padre «desapareció en el camino a la garita; no se ha vuelto a saber más de él», indicó Ramos.

«Tenemos ahora una niña de 13 años sola, muy probablemente huérfana, y esto es responsabilidad del Gobierno de Estados Unidos por enviar a esa familia a México, pero también de México», abundó.

Soraya Vázquez, de Families Belong Together, coincide en que el Gobierno de México «complementa todas las dificultades que el estadunidense impone a los migrantes al no asumir ninguna responsabilidad por haberlos aceptado».

«Mientras el Gobierno de Estados Unidos hace cada vez más difícil y complicado conseguir asilo, el Gobierno de México lo complementa al no ayudar a los migrantes y al no responsabilizarse» por ellos, dijo Vázquez a Efe.

La Administración de Donald Trump puso en marcha el MPP en enero de 2019 y el Gobierno del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador informó que aceptaba recibir a los migrantes por razones humanitarias. «Pero en realidad no hemos visto ningún trato humanitario», dijo Vázquez.

Explicó que los miles de migrantes varados en la frontera tienen necesidad de albergue, alimentación, atención de salud y emocional pues muchos huyen de situaciones traumatizantes, orientación legal para reunir y llenar documentos, educación para los niños, seguridad y otros servicios.

«En el caso del Gobierno de México, es cómplice por omisión. Puede ser cómplice porque dijo que aceptaba a los migrantes para ayudarles (para después) dejarlos a la deriva y en inseguridad», señaló.

Pedro Ríos, del Comité de Servicios Amigos Americanos, agregó que el Gobierno de México no solo deja a su suerte a los migrantes en lo que toca a sus necesidades, inclusive poniendo en riesgo su seguridad en ciudades con altos índices delictivos, sino que emplea la fuerza pública para presionarlos.

«Con frecuencia vemos vídeos en redes sociales en los que aparecen oficiales de la Guardia Nacional en busca de migrantes en ciudades como Tijuana», dijo Ríos a Efe.

Opinó que los dos Gobiernos «generan paralelamente tal desesperación entre los migrantes, que ambos obligan a muchos a desistir de buscar asilo en la frontera estadounidense».

«No sé si esa sea la intención, pero así parece», declaró.

Y se ve más claro cuando México impide el paso de más migrantes. Lo que empezó como una amenaza de Donald Trump de imponer aranceles a México si permitía que pasaran por su territorio migrantes que buscan asilo en Estados Unidos se ha convertido en lo que el mandatario estadunidense presume como su propio muro.

A principios de junio del año pasado, Estados Unidos y México llegaron a un acuerdo después de que el presidente estadounidense amenazara con imponer aranceles a todos los productos mexicanos.

A raíz de ello, México envió a sus fronteras sur y norte a la Guardia Nacional, un cuerpo de seguridad de reciente creación, lo que ha provocado una drástica reducción del flujo migratorio.

«Quiero agradecer a México porque, sabes lo que está pasando, ¿verdad? Miles y miles en este momento, 27.000 soldados de México, protegiendo nuestra frontera sur. Quiero agradecer al presidente (López Obrador)», dijo Trump en un evento en Nueva Jersey el 28 de enero.

En un mensaje de Twitter por separado, dijo que como los demócratas se negaron a financiar el muro que él prometió durante su campaña en 2016, México se lo había dado al desplegar 27.000 efectivos contra los migrantes.

Mientras, en la frontera norte de México, Soraya Vázquez, de Families Belong Together, comentó que es increíble que México reciba sin obtener nada a cambio a decenas de miles de migrantes presuntamente por humanidad, para luego dejarlos en el olvido.

Consideró que «MPP es un programa con nula transparencia» y el hecho de que Estados Unidos envíe a México a 60.000 personas «sin ninguna corresponsabilidad, sin que el Gobierno de México pidiera nada a cambio, obviamente genera muchas perspicacias».

«Es un programa para el que no hay un acuerdo firmado, por lo menos no uno que conozcamos en la sociedad civil, así que no tenemos un documento que indique cómo funciona. Pero en la práctica lo que vemos es que los dos Gobiernos se complementan en hacer la vida muy difícil para los migrantes», dijo Vázquez.