Ciudad Juárez (México) – El Servicio Jesuita al Refugiado en México capítulo Juárez lanzó este jueves una alerta por el aumento de la violencia con la que la Guardia Nacional de Texas está tratando a los migrantes en el río Bravo (río Grande en EE.UU.) cuando intentan cruzar por la frontera Juárez-El Paso.

Migrantes que acampan en el río Bravo afirmaron que la violencia de los agentes cada vez es más dura y que tratar de entrar “es resignarse a recibir una golpiza” por parte de la Guardia Nacional.

Alejandra Corona, coordinadora de la oficina de Servicio Jesuita al Refugiado en la mexicana Ciudad Juárez, señaló que las autoridades de Estados Unidos no tienen por qué violentar a los migrantes, lo que se ha convertido en una práctica común y la más frecuente de las denuncias de las personas en movilidad que llegan a pedir apoyo.

“Tenemos testimonios de personas que han sido agredidas por autoridades estadounidenses, principalmente de las personas que acompañamos, quienes nos hablan que es la Guardia Nacional de Texas”, indicó la activista.

Dijo que desde hace más de tres años existe en esta zona un fluir constante de migrantes, que van desde hombres solos, mujeres solas y núcleos familiares, donde la mayoría de los niños son de la primera infancia.

Agregó que todos estos migrantes se encuentran “con una realidad muy violenta” para alguien que viene de países en situaciones de riesgo o con mala economía, y que viene buscando un mejor futuro.

“Lo que sí hemos identificado en monitoreos en el borde (del río Bravo) es la presencia de agentes armados y el uso de gas para dispersar a los migrantes de la zona. Nos preocupa la integridad de las personas y el derecho de una vida digna de las personas en movilidad”, agregó.

Señaló que las autoridades estadounidenses violentan los derechos humanos de los migrantes al recibirlos a golpes.

“Sabemos que existen reglas y que entregarse en esta zona de la frontera es considerado una entrada irregular, reconocemos que es una forma no eficiente ni adecuada para ingresar a Estados Unidos, sin embargo, consideramos que el respeto de los derechos humanos de las personas en movilidad son primordiales”, añadió.

Indicó que conforme ha avanzado esta crisis de migración por esta frontera, los ataques de la guardia a los migrantes han sido cada vez más duros.

“El incremento de violaciones a derechos humanos a migrantes ha sido exponencial en los últimos años y atentar contra la integridad o la vida de una persona es altamente grave”, indicó Corona.

Giovanni Flores llegó desde Guatemala y se dirigió a la puerta 40 en el muro fronterizo entre la Ciudad Juárez y El Paso, en su espera para entrar a Estaos Unidos ya ha sido atacado varias veces, con balas de goma y de gas pimienta desde el otro lado de la frontera, e incluso su hijo, de 5 años, fue víctima.

“Aquí se puede cruzar, pero está peligroso porque la Guardia Nacional de Texas, que está del otro lado, te dispara. Incluso a mi hijo le pegaron un tiro el miércoles con balas de goma. No tienen piedad con los niños, con nadie”, indicó.

Dijo que el trato que reciben de las autoridades estadounidenses es completamente inhumano.

“Ayer cruzaron como unos 15 venezolanos, hondureños y nicaragüenses. En la noche no te aconsejo que cruces, porque como en la noche no se mira, te golpean. Anoche sacaron a unos 35, los golpearon, les quitaron la ropa y les dispararon con balas de goma, y los presionaron para que confesaran dónde está el hoyo (el paso) y ahí los sacaron a patadas”, narró Giovani Flores. EFE