Madrid – Eufórico tras firmar una victoria espectacular en Anfield, donde hace días derrotó al Liverpool (2-5) en la Liga de Campeones, el Real Madrid bajó a la tierra con un empate ante el Atlético de Madrid (1-1) que deja la Liga en bandeja al Barcelona, líder destacado con siete puntos de ventaja y un partido menos que el conjunto blanco.

Si los hombres de Xavi Hernández superan este domingo al Almería, la renta aumentará hasta las diez unidades, una distancia prácticamente insalvable a estas alturas del curso. Y si consigue esa renta, será gracias al mal encuentro del Real Madrid, incapaz de ganar en el Bernabéu a un equipo que jugó con un hombre menos durante más de media hora por la expulsión de Ángel Correa.

El argentino vio una tarjeta roja en el minuto 64 por un codazo sobre Antonio Rudiger que tuvo un castigo excesivo del que no supo aprovecharse el Real Madrid, que después se puso por detrás en el marcador después de que José María Giménez rematara de cabeza una falta lanzada por Antoine Griezmann.

Sólo el empuje de Álvaro Rodríguez, que volvió a demostrar que es más una realidad que un jugador de cantera, permitió al Real Madrid conseguir un empate con sabor a derrota. El punto no sabe a nada y ganar la Líga es una quimera. Los milagros existen, pero el equipo de Carlo Ancelotti últimamente sólo los consigue en Europa, donde sí consigue emocionar.

Después del pinchazo del Real Madrid, el siguiente en caer fue la Real Sociedad, que desperdició una buena oportunidad para alejarse del Atlético de Madrid y asentarse en la tercera posición. Perdió en Mestalla, ante un Valencia necesitado de puntos para salir del descenso y que ganó con un tanto en propia meta de Igor Zubeldia al filo del descanso.

En su segundo partido al frente del banquillo del conjunto «ché», Rubén Baraja consiguió el premio que se le negó la pasada jornada en el Coliseum Alfonso Pérez. Derrotado por el Getafe 1-0, consiguió los tres puntos en un partido espeso en el acto inicial y que se reactivó en el segundo tiempo. Sin embargo, Giorgi Mamardashvilii y Álex Remiro se encargaron de que no subieran más goles al marcador para alegría del Valencia y decepción de la Real Sociedad.

En Barcelona, por segunda vez esta temporada, el Espanyol encadenó dos victorias consecutivas en LaLiga Santander. El cuadro periquito, después de superar la pasada jornada al Elche (0-1), repitió éxito tras ganar al Mallorca (2-1) con un par de consecuencias: la primera, que se alejó de los puestos de descenso y se acomodó en la zona tranquila; y la segunda, que alejó a su rival de las posiciones europeas.

La culpa del éxito del Espanyol la tuvo Martin Braithwaite. El delantero danés firmó un doblete 560 días después del último que consiguió en su carrera. Desde el 21 de agosto de 2021, cuando marcó dos goles a la Real Sociedad en las filas del Barcelona, Braithwaite no celebraba un par de dianas en el mismo partido.

Su inspiración apareció en un buen momento, cuando el Espanyol necesitaba más puntos para espantar los fantasmas del descenso. Fue el primero en abrir el marcador, en la primera parte, tras una asistencia de Aleix Vidal que aprovechó un fallo en la salida del balón de Predrag Rajkovic.

Aunque Vedat Muriqi empató antes del descanso, Braithwaite apareció de nuevo a los pocos minutos de la reanudación para desnivelar definitivamente la balanza con un chutazo desde dentro del área. Aguirre protestó una falta previa en el principio de la jugada, pero sus protestas no cambiaron un marcador que acomodó al Espanyol a cinco puntos de los puestos de Segunda División.

De esas posiciones también se alejó el Cádiz, que con un gol de Sergi Guardiola venció 1-0 al Rayo Vallecano. Los hombres de Sergio González se han hecho fuertes en su feudo, donde suman diez encuentros sin perder y tres victorias consecutivas. Con el Estadio Nuevo Mirandilla convertido en un fortín, ha conseguido sacar la cabeza del pozo.

Sergi Guardiola, que no marcó ni un tanto en los últimos 43 partidos que disputó con el Valladolid, ya suma dos en los tres que ha jugado en el Cádiz desde que llegó al club andaluz en el mercado de invierno. A falta de quince minutos para el final, en el segundo mano a mano del que gozó en el partido, batió a Stole Dimitrievski para impulsar a su equipo hacia una zona más tranquila y dejar a su ex equipo a un paso de quedarse fuera de los puestos europeos. Si el Athletic supera este domingo al Giorna, caerá a la séptima plaza