Lisboa – La secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, dijo en una entrevista con EFE en Lisboa que la situación en la frontera entre EE.UU. y México no es «buena» para los solicitantes de asilo y que «es probable» que empeore.
«Sabemos que el presidente (Donald) Trump ha anunciado que pretende deportar a todos los llamados migrantes ilegales que están actualmente en territorio estadounidense. No puedo imaginar qué va a pasar y las violaciones que están a punto de pasar si el presidente (electo) aplica esa política», indicó.
Aun así, Callamard destacó que bajo la Administración del demócrata Joe Biden hubo una proclamación adoptada en junio de 2024 que «ha cerrado» el límite entre EE.UU. y México a todos los demandantes de asilo y migrantes, «con pocas excepciones».
«Hay un proceso online muy engorroso que la gente puede seguir para registrarse, tramitar sus casos, todo ello mientras están en México», denunció la responsable de AI.
Consideró que es «muy complicado» y que no funciona para todo el mundo: «Y lo que sabemos es que la gente afronta muchas dificultades mientras están en México», señaló.
Frente a esta situación, Callamard cree que lo primero que se puede hacer es «implementar la ley internacional», ya que la gente que pide de forma válida el estatus de refugiado necesita poder hacerlo de forma «individual».
Esto, agregó, no implica que las autoridades estadounidenses tengan que dejar de dialogar con los Gobiernos de los países de origen de los migrantes y solicitantes de asilo para ver qué se puede hacer para garantizar que la gente no se marche ni se vea obligada a hacerlo, además de protegerles.
«Un gran número de personas que están llegando a la frontera sur (de EE.UU.) está huyendo de Venezuela. Sabemos que la situación de Venezuela es de catástrofe», recordó.
«Concierne a todos los países, EE.UU., Colombia, México…, hacer todo lo posible para garantizar que los refugiados venezolanos son bienvenidos y que se les concede una audiencia (migratoria) justa ante sus reclamos», apuntó Callamard. EFE