Tegucigalpa – Tegucigalpa, la capital de Honduras, se enfrenta a «una crisis humanitaria» por la escasez de agua, lo que complica el suministro del líquido a sus 1,5 millones de habitantes, dijo este miércoles a Efe el gerente general del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (Sanaa), Leonel Gómez.

«La situación en Tegucigalpa es una crisis realmente humanitaria, porque sin agua potable no hay vida en la ciudad», subrayó Gómez.

La falta de agua es consecuencia de «las malas administraciones pasadas», señaló el funcionario, quien lamentó que en los últimos años no hubo una planificación para la gestión del líquido.

La escasez en la capital hondureña se refleja en las colas para llenar recipientes con agua procedente de camiones cisterna que a diario se observan en la capital o en las personas que tienen que caminar varios kilómetros para lavar su ropa.

La situación se repite en otras grandes ciudades del país y, según autoridades, es solo una muestra de la grave escasez de agua que afecta a los hondureños.

CONSTRUIR REPRESAS

Los negocios y la producción de alimentos ya padecen por la falta del líquido, un problema que no mejorará en los próximos años, salvo que se adopten las medidas necesarias, como la construcción de nuevas represas, afirmó Gómez.

Una de las propuestas del gerente general del Sanaa es la construcción de la represa en la cuenca del río del Hombre, al noroeste de Tegucigalpa, cuyo proyecto llevará años, añadió.

El Sanaa está «trabajando fuertemente» con el alcalde de Tegucigalpa, Jorge Aldana, para captar «bien el agua potable en los meses de invierno» y los capitalinos no clamen por el líquido durante el verano, precisó Gómez.

El agua llega a algunos hogares de Tegucigalpa cada ocho días, mientras que en otros sectores cada quince o veinte, según denuncias de los pobladores.

En algunos barrios de la capital hondureña el servicio llega solo por la noche y por pocas horas, lo que obliga a las personas a tener que lavar la ropa tarde y atender otras necesidades que demandan del líquido.

Gómez afirmó, además, que «no se van aumentar los racionamientos (de agua) en los tiempos más difíciles, entre abril y mayo».

Comentó que los lavaderos de vehículos formalizados únicamente podrán utilizar agua mediante baldeo, de lo contrario, serán sancionados o se les cortará el servicio de abastecimiento del líquido.

REFORESTAR Y EVITAR INCENDIOS

La represa La Concepción, junto con la de Los Laureles, abastece con más 70 % del agua que consume Tegucigalpa, pero a raíz de la sequía su embalse está en el 41 % de su capacidad.

«Si nosotros no tomamos conciencia de reforestar el país y evitar las quemas masivas de árboles, tendremos una crisis más profunda en los próximos años», enfatizó Gómez.

De agudizarse la crisis, Tegucigalpa podría registrar un rebrote de enfermedades, el cierre de negocios y estaría en peligro la red de saneamiento, así como la permanencia de los estudiantes en los centros escolares, agregó.

Instó a los hondureños, principalmente los capitalinos, a cuidar el agua potable, pues sin el líquido «no podemos vivir, no es un negocio, es una realidad y es algo para el bienestar del pueblo».

Denunció que hay personas que están «quebrando la tubería madre» de distribución de agua en algunos barrios y colonias de Tegucigalpa, y al día siguiente llegan a vender el líquido en camiones cisternas, cuyo costo del barril es pagado a 30 y hasta 50 lempiras (entre 1,2 y 2 dólares).