Miami.- La directora cubanoestadounidense Alexandra Codina va «más allá» de la caravana de migrantes en «Paper Children», un documental que muestra cómo un sistema migratorio «desbaratado» afecta la vida de cuatro hermanos hondureños menores de edad.

«Tanto la prensa como la industria del cine están buscando historias dramáticas que se dan de un día para otro en la frontera, pero la gente no ve lo que va a pasar después, y el proceso por el que tienen que pasar en un sistema desbaratado», señaló a Efe Codina, un día antes de la presentación de «Paper Children» en el Miami Film Festival.

«Paper Children» competirá por el premio al Logro Documental junto a otros largometrajes como «They call me Dr. Miami», «When Liberty Burns» o «Lis(e)n» en esta fiesta del cine que se celebra del 6 al 15 de marzo y que el año pasado atrajo a unas 45.000 personas con más de 170 películas de más 40 países diferentes.

La directora y productora se embarcó en este proyecto de tres años de duración en 2014 cuando llegaron 70.000 menores a la frontera de Estados Unidos desde Centroamérica durante el Gobierno de Barack Obama, en un momento en el que Honduras era la nación con el mayor número de homicidios del mundo.

«Este fue el primer momento en el que llegamos a ver lo que pasa cuando la pobreza y el caos se unen con la violencia», comentó.

A través de las vivencias de Fernando, Mauricio, China y Jan, Codina narra el recorrido legal al que se enfrentan los niños una vez llegan a Estados Unidos huyendo de las «maras», la pandillas en su aldea natal, y se reúnen con sus padres y se asientan en el sur de Florida.

Codina, que ganó el premio al mejor documental del festival Tribeca 2010 y fue nominada a un Emmy por «Monica & David», se sorprende de lo «diferente» que es la relación actual entre la justicia y los migrantes respecto de lo que sucedía en los años 60, cuando su padre llegó desde Cuba siendo niño, gracias a la operación Peter Pan organizada por la Iglesia católica.

«A diferencia de lo que pasa con estos menores a día de hoy, en términos legales no hubo duda de que le fueran a dar apoyo legal, en seguida le dieron asilo. Él pudo lograr muchas cosas y soñar gracias al apoyo que le dio esté país», explicó Codina.

A lo largo del documental se vislumbra la inseguridad a la que se enfrentan los niños como Fernando, que tiene que revivir las atrocidades de los oficiales de inmigración y que saben que, de volver a su país, las maras acabarían con él.

«Paper Children» también destaca la labor de los abogados voluntarios dentro del sistema estadounidense, porque estos niños durante el proceso de inmigración «no tienen derecho a un abogado de oficio» y si no tienes el dinero suficiente para pagar uno, más del 95 % de los casos se pierden.

Codina lamenta que «muchos de estas organizaciones tienen los recursos muy limitados» y en un sistema legal que es de los más complejos de la jurisdicción estadounidense, los casos «pueden durar años».

«Desde que el presidente Donald Trump llegó a la presidencia se han producido más de 800 cambios en la ley de inmigración. Antes era muy difícil estar al día con todos los cambios legislativos, pero ahora no se cómo lo hacen», argumentó la directora.

Desde que comenzó a seguir la historia de esta familia, Codina refleja que «la situación global no ha mejorado», sino que en la actualidad es mucho peor ya que actualmente en 2019 se denegó el 71 % de los casos de asilo en los Estados Unidos, una cifra que asciende hasta el 92 % en Miami.

La película estará disponible en Youtube Originals a lo largo de 2020 después de pasar por varios festivales de cine y al igual que lo que ocurrió con «Monica & David», que se estrenó en HBO, Codina ha encontrado una vía perfecta para llegar a un público diferente.

«A mí me encanta llegar a un público inesperado y el estar en una plataforma tan importante te da la posibilidad de llegar aun público mucho más diverso. De esta forma, puedo llegar a gente que no acostumbra a ver documentales», explicó.

El objetivo de la película, subtitulada en inglés y español, es «crear un diálogo» que realmente incluya tanto a la comunidad afectada como a la gente externa, por lo que «Miami resultó el lugar más apropiado para ello».

Aunque la directora reconoció que es muy complicado generar un cambio, subrayó que «cada acción cuenta».