Quito.- Grupos ambientalistas de Ecuador han hecho un llamamiento a la «acción», ante la deflagración desatada en la selva amazónica y los efectos perniciosos que los incendios en esa selva pueden generar en todo el planeta.
Así lo consideró Consuelo Espinosa, del programa «Ojos por la Amazonía» de la Fundación de Apoyo Comunitario Hivos, quien recordó que al ser Ecuador parte de la cuenca amazónica, junto a Bolivia, Brasil, Perú, Colombia, Venezuela, Guyana y Surinam, el tema de los incendios le atañe directamente.
Entre todos estos países «compartimos el bioma amazónico» y, «lo que le pasa a Brasil o a Bolivia, le puede pasar a Ecuador en poco» tiempo, agregó la experta quien insistió en hacer un llamamiento a la acción en todos los órdenes de la vida, tanto a nivel personal como en lo colectivo.
Por eso justificó las manifestaciones de protesta que se han sucedido en América Latina y en el mundo para exigir que se frenen los incendios en esta región considerada como «el pulmón del planeta».
Recordó que, justamente, la Convención de Cambio Climático prepara para este año su Conferencia de las Partes en Santiago de Chile, en diciembre próximo, con la intención de ejercer un mayor protagonismo de la actividad humana para defender la naturaleza.
En esa Convención «el lema es el llamado a la acción» que empiece por «hacer algo desde lo individual hacia lo colectivo», con el objetivo de multiplicar el cuidado del ambiente, explicó a Efe Espinosa.
Y es que, para ella, «estamos en un momento histórico» porque los incendios masivos en la Amazonía son, «quizá, el primer efecto del cambio climático en un bioma tan importante» para el planeta.
Esto «ya no es una historia (fábula), no es una película de Hollywood, está pasando en la realidad», agregó Espinosa.
Ella no dudó en señalar que los flagelos forestales son de carácter antropogénico, producidos por el hombre, y sostuvo que la expansión de la frontera agrícola, auspiciada por los gobiernos para mejorar sus producciones de materias primas como la soja, son la causa principal de la deflagración.
Parece ser que esta «quema controlada se salió del control» y, por ejemplo, se estima que el daño en el bosque amazónico boliviano «tomará al menos un siglo para restaurar los ecosistemas dañados», apuntó Espinosa.
Tampoco quiso dar pábulo a expresiones de algunos líderes mundiales que dudan de los efectos del cambio climático, pues dijo que hay suficiente información científica para constatar el daño causado por políticas que rehúsan asumir este tipo de riegos.
«La humanidad está enfrentada a un punto donde se ha dudado de la evidencia científica por intereses económicos», lo que también ha generado un estado de «pesimismo» sobre la realidad y su futuro, opinó.
«Creo que las nuevas generaciones han advertido la gravedad del cambio climático y creo que en las generaciones anteriores hay gente que vela porque la información llegue de manera correcta», agregó Espinosa tras alentar a que este tipo de discusiones y conocimientos se plasmen en lo que denominó «conectividad de redes».
«Debemos empoderarnos de la tecnología» para construir la información adecuada que pueda dar lugar a una toma de conciencia sobre los peligros del cambio climático, sostuvo.
«Si no nos cuidamos, nos puede pasar lo mismo aquí en Ecuador» remarcó Espinosa.