Tegucigalpa – El ambiente navideño en Honduras transcurre entre la pobreza que afecta a la mayoría de los casi 10 millones de habitantes que tiene el país y la esperanza de que 2024 sea un año mejor que el que está por finalizar.
En Tegucigalpa, miles de personas, en su mayoría niños acompañados por sus padres u otros familiares, disfrutan del ambiente en plazas públicas como las que ha abierto la Alcaldía Municipal, adornadas con nacimientos (pesebres), árboles, trineos y otros motivos navideños, y juegos mecánicos gratuitos.
Situación económica «está terrible»
El ambiente es festivo en las plazas, pero entre los visitantes hay muchos que lamentan su situación de pobreza, como Miguel Manzanares, un diseñador de calzado, quien dijo a EFE que las plazas hacen sentir «un gran estímulo de alegría y esperamos estas fechas que son un regocijo para todos, especialmente para los niños».
Agregó que la Navidad la celebra «en familia, sin pólvora, porque está prohibido, y porque evitar accidentes es bueno».
En Honduras, la quema de pólvora durante las fiestas de Noche Vieja y Navidad deja cada año muchos niños y adultos lesionados, algunos incluso perdiendo dedos o la mano entera por la explosión de petardos y morteros.
Este año ya se han registrado los primeros casos de menores que sufrieron graves lesiones por el estallido de un petardo. Uno de ellos perdió una mano.
Manzanares recordó que las fiestas navideñas y de fin de año en su casa las celebran comiendo tamales y viendo las «luces de colores que los vecinos lanzan al aire».
Zapaterías afectadas por la importación
Sobre la situación económica que vive Honduras, subrayó que «está terrible porque nos limita a tener más festejos con las familias. No se puede extender mucho más allá de lo que aparentemente se ve».
Añadió que el sector del calzado «está bastante limitado, aún para mí que soy de la tercera edad».
La débil industria local del calzado la dirigen jóvenes que, según Manzanares, «no piensan que uno puede dar todavía la milla extra para poder tener un mejor sustento en casa».
Expresó además que la industria nacional del calzado se ha visto perjudicada desde que las autoridades, desde hace muchos años, le abrieron las puertas «a los zapatos de segunda que vienen del norte, de Estados Unidos».
En el país también son muchos los que, debido a su pobreza, se visten con ropa usada que compran en negocios conocidos como ‘el agachón’, porque los clientes se tienen que agachar para buscar en el suelo la pieza que desean.
«Aquí la gente prefiere mejor comprar algo, lo más barato, usado, que comprar algo hecho por manos hondureñas en un taller, que al mismo tiempo es una oportunidad de trabajo para uno», acotó Manzanares, quien paseaba en una de las plazas navideñas en Tegucigalpa acompañado de su esposa y otros familiares.
Las plazas navideñas están distribuidas en los cuatro puntos cardinales de la ciudad, aunque no todas tienen juegos mecánicos.
Este año, la Basílica Menor de Suyapa, situada en el extremo este de la capital hondureña, abrió una ‘Exposición de nacimientos desde la Historia de salvación hasta la actualidad’.
El sacerdote Carlo Magno dijo en la apertura de la exposición, el 23 de noviembre, que cada pesebre «es signo visible de la fe de tantos hombres y mujeres que con sus manos y creatividad han creado las más bellas figuras para representar la Sagrada Familia de Nazaret».
«Desde el barro, la madera, el yeso, han sido moldeados con fe, para poder simbolizar aquello que la iglesia ha profesado durante siglos», enfatizó el religioso.
Los nacimientos en la basílica están protegidos en urnas de cristal.
El 25 de diciembre y el 1 de enero son días de asueto en Honduras, y para que los empleados públicos puedan disfrutar más tiempo con su familia, principalmente los que viajarán al interior para compartir las fiestas de Navidad y Año Nuevo, el Gobierno que preside Xiomara Castro ha concedido asueto los días 26 del presente mes y el 2 de enero. EFE