Nueva York – El subsecretario general adjunto de la ONU, Luis Felipe López-Calva, instó a utilizar las «lecciones» aprendidas de los comicios que se celebraron en América Latina durante la pandemia para «fortalecer» los procesos del calendario electoral de 2021, donde tienen citas con las urnas próximamente Ecuador, Chile y Perú, entre otros países.
López-Calva, director regional de América Latina y el Caribe para el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), escribió en su blog para esta agencia un análisis sobre el cambio en la participación electoral durante la pandemia, y reflexionó sobre lo que se puede aprender de ello para garantizar que las siguientes elecciones sigan siendo «libres y justas».
Al menos 18 países celebraron comicios en la región desde que estalló la crisis del coronavirus, entre ellos Bolivia, República Dominicana o Ecuador, cada uno con su propio enfoque para mantener la seguridad, pero habitualmente incluyendo el uso de mascarillas faciales, distanciamiento social, controles de temperatura, desinfección y uso único de lápices de votación.
En algunos casos, no obstante, medidas sanitarias como los requisitos de cuarentena para los casos positivos o viajeros recientes resultaron en la privación del derecho a voto, y otras como la prohibición del transporte público dificultaron el acceso a los colegios electorales para personas que viven en zonas remotas, explicó el funcionario de la ONU.
Respecto a los promedios históricos, en las 14 elecciones parlamentarias o presidenciales analizadas, la mitad vio aumentos en la participación de los votantes y la otra mitad disminuciones, pero en comparación con la elección anterior, el tamaño de esas disminuciones participativas fue más amplio que el tamaño de los aumentos.
«Si bien el COVID-19 puede haber presentado nuevas barreras para votar (es decir, movilidad, seguridad, etc.), también puede haber aumentado el sentido de urgencia de la gente al votar (ya que los ciudadanos buscan líderes para resolver las crisis relacionadas con la pandemia). Además, en muchos países de esta región, esto está tomando forma en un contexto preexistente de creciente polarización política», explicó.
El diplomático, reconociendo que los índices de confianza electoral no son generalmente altos en la región, apuntó que a medida que los países adaptan sus sistemas de votación para garantizar la seguridad pública durante la pandemia, hay una «oportunidad para considerar cómo abordar desafíos más estructurales, como la inclusión, la transparencia y la responsabilidad en el proceso electoral».
Citando al secretario general del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA), Kevin Casas Zamora, ofreció varias lecciones clave «que los países latinoamericanos deberían aprender de la realización de elecciones durante el COVID-19».
Por encima de las demás está la «importancia del consenso político en torno a las decisiones sobre el calendario electoral y los procedimientos electorales», seguida por la necesidad de ofrecer una gama diversa de mecanismos de votación, y la de apoyar a las autoridades electorales con «suficientes recursos financieros y humanos».
«Al final, las elecciones exitosas dependen en última instancia del control de la pandemia», sentenció.
Este 2021 aguarda la segunda ronda de elecciones presidenciales de Ecuador y las próximas elecciones presidenciales en Chile, Haití, Honduras, Perú y Nicaragua, entre las más destacadas, por lo que «el tiempo dirá si los países eligen prestar atención a estas lecciones para fortalecer sus procesos electorales en el futuro», sostuvo López-Calva.
«Quizás ahora más que nunca estas lecciones sean de importancia máxima dada la necesidad de fortalecer la gobernanza y el liderazgo como base para combatir eficazmente las múltiples crisis que actualmente enfrenta la región», concluyó.