La histórica filósofa y activista afroamericana Angela Davis. EFE/Archivo

Madrid – La feminista estadounidense Angela Davis aseguró hoy que la caravana de migrantes que atraviesa México estos días pone la atención en el «problema serio de violencia» que, a su juicio, padecen países como Honduras y Guatemala y que se hace especialmente patente en los feminicidios.

En Madrid, donde llevará a cabo varios actos públicos, Davis habló hoy con la prensa para trasladar su tesis de que el feminismo ha de ser antirracista, pero fue preguntada por varios asuntos de actualidad.

Entre ellos, la caravana de miles de migrantes que quieren llegar a EE.UU, un tema que el presidente Donald Trump «está usando para estimular el sentimiento anti-inmigrantes», pero que también pone el foco en la violencia estructural en los países de origen de los que marchan.

«Tenemos que solidarizarnos con esos hermanos que huyen de la violencia», aseguró Davis (1944), una histórica activista del feminismo y por los derechos de las minorías que ha recibido numerosas distinciones pero que también ha conocido la cárcel.

La «lucha» de refugiados y migrantes tiene que ver con el impacto de las políticas coloniales, el opinión de la activista, para quien los que se desplazan al norte no lo hacen únicamente por una decisión individual, sino que late en ellos el recuerdo del esclavismo.

En su encuentro con la prensa, Davis no quiso comentar declaraciones puntuales de Trump, porque «no podemos rebajarnos a su nivel», pero sí hizo una reflexión acerca de que el nacionalismo que predica el presidente estadounidense le vincula con el racismo.

«El racismo siempre ha estado en el centro del fascismo», según Davis, quien ve esos factores en algunos países europeos, pero también en políticos como el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte y favorito en las encuestas a la presidencia de Brasil, Jair Bolsonaro, «sin duda estimulados por la presencia de Trump».

Según Davis, el feminismo actual debe ser una estrategia para superar no sólo las diferencias de género, sino también la explotación económica, el racismo y el fascismo y para abordar los problemas medioambientales.

Una visión «integradora» del feminismo que – admite Davis – no siempre es compartida por todas las que lo practican: «espero que cada vez más mujeres, hombres y personas LGTB adopten esa visión del feminismo».

Eso porque Davis reconoce la existencia de mujeres feministas que no denuncian el racismo y el capitalismo explotador, lo que las convierte en defensoras del statu quo.

Sobre la situación en EE.UU. y la posibilidad de que Trump sea reelegido en las próximas presidenciales, Davis dijo que «el viraje a la derecha es devastador» pero también percibe que una parte de la población está «escorada hacia la izquierda» y recordó que los pobres en Estados Unidos son tanto negros como blancos.

Por eso llamó a implicarse contra Donald Trump, cuya elección – subrayó – se debió «al esclavismo. Literalmente», porque no fue por la mayoría del voto popular sino por el modelo de grandes electores, «un sistema obsoleto» por el que se atribuían más votos a los estados de minoría blanca.